El Ciervo (Cervus elaphus) es la especie animal cuya observación o/y audición despierta más interés entre los visitantes del Macizo del Gorbeia y de otras zonas de la mitad norte de España. En la actualidad, incluso hay empresas que se dedican a llevar turistas a escuchar la berrea, un espectáculo sonoro impresionante. En general, el comportamiento de los ciervos en el Macizo del Gorbeia es huidizo, sin duda, consecuencia de la caza legal y furtiva que soportan. Pero como ya contamos en otra entrada dedicada a esta especie, el Ciervo fue exterminado del Macizo del Gorbeia y del resto de la mitad norte de la península Ibérica durante la primera mitad del siglo XIX o antes. Fue el Instituto para la Conservación de la Naturaleza (ICONA) el organismo estatal que lo reintrodujo en la vertiente alavesa del Macizo del Gorbeia en el año 1957, cuando se trajeron 14 ejemplares procedentes de Toledo. En 1981 se liberaron nuevos ejemplares procedentes de Cazorla. Según los autores del libro Gorbeia, "la Sociedad Zuia Sport con ayuda del ayuntamiento de esa localidad, realizó un acotado de caza en terrenos del macizo del Gorbeia, inscrito en la Federación Nacional de Caza y Pesca en 1957. Tras el baldío intento de introducir corzos en el acotado, en julio de 1958 se trajeron de la sierra de Cazorla varios ciervos: once hembras y cinco machos. Posteriormente se introdujeron más ejemplares".
Aproximadamente, esta era el área de distribución del Ciervo hacia el año 1950 en España. Por entonces, solo era relativamente común en algunas grandes fincas de Extremadura, principalmente en la Sierra de San Pedro, así como en los Montes de Toledo y Sierra Morena. El veterano cazador Juan Manuel Otegui Astobiza, el 24 de enero de 2016 me contó que recordaba cómo unos amigos y él mismo fueron desde Orozko en el año 1958 hasta un cierre en el paraje de Katxandiano, cerca del pueblo de Altube, municipio de Murgia (Álava), donde retuvieron a esos 14 ejemplares durante un período de tiempo antes de su liberación.
Según la Tesis Doctoral de Georgina Álvarez, de 1999, titulada "Ecología y gestión de las poblaciones de cérvidos, ciervo (Cervus elaphus), gamo (Dama dama) y corzo (Capreolus capreolus), en los Quintos de Mora (Montes de Toledo)", los Montes de Toledo eran una propiedad particular de los vecinos de la ciudad de Toledo, comprada al rey Fernando III de Castilla en 1246. En el año 1832 la ciudad de Toledo cedió los montes de Quintos de Mora al ayuntamiento de Mora. Gracias a su calidad, la Junta Facultativa de Montes del Ministerio de Hacienda evitó entre los años 1855 y 1859 la roturación que sufrieron otros montes tras la desamortización iniciada con la Ley Madoz. Tras la Guerra Civil, Patrimonio Forestal del Estado los compró en 1942. Entre los años 1968 y 1986 se extrajeron unos 2.700 ciervos capturados vivos, en su mayor parte hembras, y recién nacidos que se criaban en una granja, que fueron destinados a cotos de 29 provincias españolas y también a Portugal. De aquí probablemente se trajeron los ejemplares reintroducidos en el Macizo del Gorbeia. En el vídeo, una cierva con dos crías en Usengatzu, municipio de Orozko (Bizkaia) el 30 de junio de 2015. Los partos dobles son extremadamente raros, aunque es fácil que una cierva pueda amamantar a algún cervatillo ajeno, por lo que las observaciones de campo de ciervas seguidas de dos crías corresponden con toda probabilidad a adopciones más que a partos dobles.