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El origen del caserío vasco

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Axpe (Abadiño)

Si el euskera es el principal patrimonio inmaterial de los vascos, el caserío vasco (baserria en euskera) es el material y sus habitantes (baserritarrak en euskera) los principales depositarios de la ancestral cultura vasca. Se construyeron caseríos en los cuatrocientos años que pasaron entre los años 1500 y 1900 en Gipuzkoa, Bizkaia (excepto en su extremo occidental) y en los valles cantábricos de Araba y Navarra, coincidiendo con los territorios donde vivían los vascoparlantes (euskaldunak en euskera) de España.
Caserío de Ugarka (Zeanuri)

El caserío de la fotografía superior, construido hacia el año 1530 en el barrio de Astarria, se encuentra abandonado y en ruina inminente. Parte de su tejado está hundido. Ha preservado íntegramente su estructura de postes de roble y los tabicajes y cerramientos realizados con tabla machihembrada y una cocina con fuego central y mesas abatibles. La planta baja es de mampostería. La parte inferior de la primera planta es de madera recubierta de argamasa y relleno, mientras que su parte superior y el desván están cerrados con tablones de madera.
Caserío de Arasketa (Orozko)

En Bizkaia hay casi 16.000 caseríos y en Gipuzkoa más de 11.000. También los hay en el norte Araba y Navarra. Excepto algunas del pueblo de Pagola, las casas rurales del País Vasco francés no son caseríos vascos, sino casas de tipo bearnés. Las casas rurales del extremo occidental de Bizkaia son de tipo cántabro. El caserío vasco es una vivienda unifamiliar, agropecuaria, autosuficiente y con vocación de aislamiento.
Caserío de Uxuluze (Orozko)

El caserío vasco es uno de los tipos de vivienda rural europea de mayor calidad constructiva. Si las construcciones de hormigón de hace 100 años ya necesitan reparaciones, se conservan caseríos de 500 años hechos de piedra y madera que no se han modificado en absoluto y que siguen en pie. El mejor momento de la arquitectura vasca se produjo en la parte final del reinado de los Reyes Católicos y durante el de Carlos V.
Caserío de Legorburu (Orozko), quemado en la década de 1970

El caserío vasco se caracteriza por su volumen compacto y sin paredes compartidas con otras viviendas vecinas. Sólo alrededor del 20% del caserío se dedica a vivienda, la mayoría de las veces para una única familia; el resto se dedica a cuadra y almacén.
Caserío de Isuntze (Berriz), barroco

Los caseríos más aislados, que son tenidos como los más genuinos y antiguos, son en realidad los más recientes. Fueron los últimos en construirse y los primeros en abandonarse.
Caserío en Zubialde (Zeberio)

El historiador Alberto Santana en una entrevista dijo que el caserío es un edificio autista y antisocial, y aunque los caseríos solitarios son excepcionales, sus agrupaciones en aldeas o barrios (auzoak en euskera), habitualmente en número de 5 a 10, nunca forman calles, plazas u otros espacios de uso colectivo.
Urigoiti (Orozko)

La fachada siempre se orienta hacia el arco entre el Este y el Sur, sin tener en cuenta la orientación de los caseríos circundantes, al contrario de lo que sucede en Cantabria o Asturias. El caserío vasco tiene una planta cuadrangular de 150 a 400 metros cuadrados y no tiene voladizos ni patios interiores, casi siempre con tejado a dos aguas, pero a veces también a tres o cuatro vertientes.
Caserío en Sautuola (Zeberio)

Existen unos 20 tipos de caserío vasco dependiendo de la comarca, su función prioritaria y, principalmente, la época en que fue construido. El primero se edificó hacia el año 1490 y el último alrededor de 1900. Todos tienen dos o tres pisos: el inferior para la familia y sus animales domésticos y el superior para almacén de la cosecha.
Caserío en Mendeika (Orduña)

Los primeros se construyeron pensando en el ganado vacuno debido a que su crianza era prioritaria durante la Edad Media, mientras que en el siglo XVI ganaron importancia el trigo y la sidra, desplazados por el maíz en los siglos XVII y XVIII, y sólo desde mediados del siglo XIX empezaron a ser importantes los cultivos de patata, alubia y hortalizas. En el siglo XX los prados de siega y las plantaciones de coníferas exóticas sustituyeron a gran parte de los cultivos.
Caserío de Ezterripa, Gederiaga (Abadiño)

Durante la excavación arqueológica de varios caseríos se han encontrado los indicios de cabañas de madera medievales preexistentes. Eran chozas frágiles e incómodas con un esqueleto interior de postes y cuatro paredes externas con tablas verticales ensambladas. En las excavaciones de los caseríos aparecen los agujeros donde se fijaban los postes. Las cabañas medievales eran mucho más pequeñas que los caseríos vascos, ya que el lagar, los graneros, la pocilga y los rediles se encontraban en edificios separados.
Caserío de Astobiza, Ziorraga (Amurrio), fotografía antigua

Durante la gran crisis de mediados del siglo XIV los nobles vascos se apropiaban de gran parte de la producción de la población rural, que solicitaron ayuda a la villas e incluso a los reyes. En el año 1329, el concejo de Oiartzun (Gipuzkoa) escribió al rey Alfonso XI para pedirle que les defendiera de los abusos de la nobleza vasca: "sus casas de morada eran apartadas las unas de las otras e non eran poblados de so uno...e tan aína no se podían acorrer los unos a los otros para se defender de ellos de los males, e tuertos, e robos que les facian".
Caserío de Astobiza, Ziorraga (Amurrio), fotografía del año 2015

Sólo la imposición de la paz social por parte de los Reyes Católicos consiguió terminar con las guerras banderizas, que es como se llamaron los enfrentamientos bélicos que tuvieron lugar a finales de la Edad Media entre los diferentes linajes de la nobleza vasca agrupados en dos bandos: gamboínos y oñacinos. Muchos de los guerreros feudales acabaron luchando contra los musulmanes a las órdenes de los Reyes Católicos, durante cuyo reinado el Señorío de Vizcaya y la Provincia de Guipúzcoa disfrutaron de un desarrollo y bonanza económica que no volvería a repetirse en los siguientes cinco siglos, en gran parte debido a los beneficios que generaba la exportación del trigo y la lana castellana a través de los puertos del Cantábrico.
Caserío de Urkuleta (Mañaria)

El fin de la guerra de banderizos, la instauración del mayorazgo y la tecnología de carpintería y cantería importada de Europa hicieron posible que los campesinos más ricos construyeran un caserío. Los edificaron jefes de obra vascos que trabajaron y aprendieron el oficio con los arquitectos alemanes y franceses que levantaron las grandes catedrales góticas del sur de Francia, Castilla y Andalucía.
Caserío en Gaztelua (Abadiño)

Aquellos jefes de obra dejaron unos planos tan bien elaborados que, en palabras de Alberto Santana, "si se los entregáramos a un técnico actual nos edificaría sin problemas un caserío exactamente igual".
Caserío de Gaztelugoitia, Gaztelua (Abadiño), fotografía antigua

En estas circunstancias, se produjo un aumento de la población que exigió nuevas tierras de cultivo a costa de roturar parcelas de bosque y pastos invernales. Gran parte del ganado vacuno y equino pasó de un régimen de trashumancia estacional de corto recorrido a otro de semiestabulación por el que permanecía 5 o 6 meses en el interior del caserío. Por ello los caseríos del siglo XVI dedicaron más de la mitad del espacio construido a cuadras y pajares. La progresiva disminución de la superficie de pastos por las roturaciones sucesivas provocó una disminución del ganado trashumante y ya a mediados del siglo XVIII se comenzó a restringir la libre circulación del ganado, a la vez que se multiplicaban los pleitos por su causa.
Caserío de Gaztelugoitia, Gaztelua (Abadiño)

El continuo transporte de mercancías entre Castilla y los puertos del Cantábrico requería de los servicios de numerosos arrieros y carromateros locales. El aumento de la población requirió un notable incremento de la superficie dedicada al cultivo de cereales, trigo principalmente. Los caseríos que se construyeron en el siglo XVIII integraron almacenes en su estructura, generalmente sobre el soportal de la entrada. En los valles orientales de Bizkaia se armaron en la bodega grandes trojes de madera para almacenar el grano. Se construyeron caseríos de piedra y de madera. De estos últimos se conserva el de Ugarka (Zeanuri), pero el más notable era el de Legorburu (Orozko), que ardió en los años setenta.


















Ventana del caserío de Gaztelugoitia, fotografía antigua y fotografía actual

Durante el reinado de Carlos V en la primera mitad del siglo XVI la sensación de seguridad y prosperidad y las nuevas posibilidades de hacer fortuna que se abrieron tras el reinado de los Reyes Católicos, tanto en América como en Andalucía, permitieron a los labradores vivir más desahogados y hacer planes optimistas para el futuro. Ya no había peligro de asaltos ni robos por parte de los nobles vascos, y las familias campesinas se esforzaron para poder pagar la construcción de un caserío duradero en sustitución de las destartaladas chozas en las que vivían.
Granero del caserío de Gaztelugoitia, fotografía antigua

Sin embargo, sólo los campesinos más ricos podían permitirse el lujo de edificar una casa "de cal y canto" pagando un sueldo a las cuadrillas de canteros que tenían que extraer y trabajar la piedra. La madera de roble, por el contrario, era fácil de conseguir, ya que se podían cortar gratuitamente todos los árboles necesarios para hacer la vivienda en los bosques públicos pertenecientes al concejo. 
Granero del caserío de Gaztelugoitia, fotografía del año 2015

En el siglo XVI las principales plantas cultivadas eran el trigo (garia en euskera) y el manzano, y esta especialización quedó reflejada en la arquitectura de los caseríos. También se cultivaban otros cereales: el centeno (zikirioa, zekalea en euskera), la cebada (garagarra en euskera), la avena (oloa en euskera), la escanda (galtxuria en euskera) y el mijo (artoa en euskera). Este último dejó de cultivarse hace siglos y cuando se comenzó a cultivar el maíz tomó su nombre en euskera (artoa).
Hórreo o garaia del caserío de Ertzilla (Iurreta)

Muchos caseríos de aquel período están construidos envolviendo el armazón de un gigantesco lagar de madera (tolare en euskera) que ocupaba toda la longitud del edificio y en el que se prensaban las manzanas recogidas al final del verano. En las bodegas también se guardaba el trigo cosechado, bien protegido en grandes arcones de madera denominados trojes y, sólo durante el siglo XVI, algunos de los campesinos más ricos pagaron por armar grandes hórreos de madera (garaiagaraixe en euskera) delante de la casa, adornándolos con bellas tallas y figuras geométricas. 
Pimientos secándose al sol en un caserío de Sautuola (Zeberio)

Probablemente el siglo XVI fue la época más próspera de la vida en los caseríos. La propiedad de la tierra estaba bastante repartida y la población rural podía disfrutar de los frutos de su trabajo en un ambiente económico expansivo y optimista. En menos de un siglo el panorama medieval había cambiado radicalmente, y donde antes hubo temerosos campesinos en chozas de tabla, ahora competían por construir el caserío más grande, con los arcos más bellos y las más artísticas tallas de madera.  
Caserío en Zaloa (Orozko)

Pero a finales del siglo XVI los sectores más activos de la economía cayeron en una profunda crisis. En los puertos costeros se vivió el colapso del comercio internacional del trigo y la lana castellana. Al mismo tiempo, el bloqueo de las pesquerías de Terranova provocó la decadencia de la construcción naval que hasta entonces había tenido mucha importancia. Se extinguieron los gremios de artesanos que trabajaban en las villas y los dueños de las ferrerías tenían dificultades para poder seguir vendiendo sus productos en los mercados tradicionales de Andalucía y la costa Atlántica. La derrota de la Armada Invencible en el año 1587, en la que desaparecieron muchos barcos y marineros vascos, y la difusión de un virulento brote de peste en 1598 hicieron temer a muchos el regreso a la pobre vida de sus antepasados.
Caserío en Unibaso (Orozko), fotografía antigua

Sin embargo, los ricos vieron en el caserío la única inversión segura para su capital y los pobres se vieron en la necesidad de volver al trabajo en el campo. En este contexto comenzó a cultivarse una planta americana, el maíz, que cambiaría por completo la vida y las costumbres de los campesinos vascos. El maíz se adaptó perfectamente al clima y al suelo vasco, y producía el triple de volumen de grano que el trigo. Nuevas parcelas de bosque, zonas arbustivas y prados fueron roturadas para plantar maíz. Mientras el resto de la economía local se derrumbaba, la población rural aumentaba y se construían nuevos caseríos. Mientras que la actividad mercantil disminuía, el caserío se consolidaba como explotación familiar autosuficiente.
Caserío en Unibaso (Orozko), fotografía del año 2015

Desde finales del siglo XVI hasta mediados del XVIII el maíz fue la base de la economía del caserío, aunque la harina de trigo seguía siendo la más apreciada, a la vez que la única fácil de vender para obtener dinero. Además, los propietarios siempre exigieron el pago de la renta en fanegas de trigo, por lo que se seguía cultivando. Sólo a mediados del siglo XX, con la desaparición de las ofrendas eclesiásticas y el acceso generalizado de los campesinos a la propiedad de la tierra se abandonó el cultivo del trigo, una planta mediterránea que nunca fue muy productiva en la vertiente cantábrica del País Vasco.
Caserío en Unibaso (Orozko), fotografía del año 2015

La guerra contra las tropas republicanas francesas en 1795, contra los ejércitos napoleónicos en 1807 y las Guerras Carlistas provocaron el endeudamiento de los ayuntamientos y por ello, vendieron gran parte de su patrimonio, que compraron los más ricos. Así, nuevas parcelas de bosque y prados fueron roturados para su cultivo. Las leyes forales y de los cuadernos de hermandad, entonces vigentes, dejaron de ser un obstáculo para las roturaciones y la actitud habitual había pasado a ser la de "legalizar el hecho y prohibir su repetición".
Detalle de un caserío en Unibaso (Orozko), fotografía antigua

La desamortización de Madoz en 1855, que afectó principalmente a los montes comunales de los pueblos, supuso un cambio drástico en la propiedad de la tierra, y aunque fueron los más ricos los que pudieron comprar gran parte de las parcelas en venta, hubo muchos compradores más pobres que pudieron comprar parcelas pequeñas o de baja calidad.
Detalle de un caserío en Unibaso (Orozko), fotografía del año 2015

Así, se duplicó la producción de maíz y se introdujo el cultivo de patata y alubia, a la vez que se mantuvo la producción de trigo. A mediados del siglo XIX la producción de maíz suponía el 70% de la cosecha de cereales. Los cultivos mixtos de maíz y alubia comenzaron a ser frecuentes a finales del siglo XVII y se generalizaron un siglo más tarde, cuando se incluyó la patata en la dieta humana.
Caserío en Pagatzandu (Orozko)

Los caseríos construidos en el siglo XIX son más pequeños que los de siglos anteriores. Con el inicio de la industrialización del territorio, hacia el año 1900, cesó la construcción de nuevos caseríos, En ese momento, cuando el 80% de los caseríos se encontraban arrendados a sus habitantes, sus propietarios (nagusiak en euskera) comenzaron a venderlos a precios asequibles a los arrendatarios (maisterrak en euskera). En la actualidad, más del 80% de los caseríos son propiedad de sus habitantes (etxejabeak en euskera).
Cuadra en la planta baja en un caserío de Pagatzandu (Orozko)

Durante todo el tiempo en que se construyeron caseríos vascos, una economía protoindustrial convivió con las actividades agropecuarias: las ferrerías. Entre la correspondencia del período 1810-1832 guardada en el Archivo General del Señorío de Vizcaya se puede leer "...como las tierras labrantias no guardan proporcion con el numero de habitantes, estos se ven precisados para porcurar sus subsistencia a trabajar en fierro, carretear, carbonear, labrar montañas, plantar arboles fructiferos y repoblar los montes, cuia leña se ha empleado en hacer carbon..." El mineral de hierro extraído en Somorrostro se fundía en las ferrerías dispersas en las orillas de muchos cursos fluviales a donde debía ser transportado. Arrieros y carromateros también trabajaban en el transporte del combustible extraído de los bosques. En los bosques los carboneros transformaban la madera en carbón.
Caserío de Munukogoikoa, Urigoiti (Orozko) de principios del siglo XVI

Muchas otras personas trabajaban en los viveros y las plantaciones forestales. En las ferrerías de la comarca Arratia-Nervión "el braceo de montazgo y la conducción del carbón desde los montes a las ferrerías formaban parte de un mismo trabajo. Abastecer a una instalación normal podía suponer los servicios de una veintena a un centenar de carboneros, por lo que era considerable la trascendencia de esta ocupación...En ocasiones se contrataba a guipuzcoanos desplazados estacionalmente en cuadrillas para trabajar en las grandes áreas montañosas". En el Archivo Municipal de Zeberio se guarda un documento donde se puede leer que "la mayor parte de los vecinos de este pueblo, y aún las mujeres se ocupan en la elaboración y demás trabajos adherentes de dichas Ferrerías".
Detalle de las colmenas en una pared del caserío Munukogoikoa (Orozko)

Durante el siglo XX la mayor de los cultivos fueron transformados en prados de siega y plantaciones de coníferas exóticas. Cuando vemos un caserío rodeado de prados de siega y plantaciones de coníferas estamos viendo un paisaje sobrevenido, ya que dejaron de construirse caseríos antes de que se plantase el primer pino. Era otro muy distinto el paisaje del caserío vasco en el tiempo en que se construían. Ahora vemos derrumbarse los caseríos del XVI sin que nadie haga nada por evitarlo. Cuando algún esforzado propietario intenta evitar que se arruine casi siempre es a costa de la eliminación de la madera armada de roble y su sustitución por hormigón. Hay pocos carpinteros capaces de armar los esqueletos de madera de los caseríos tal y como se construyeron, sin un solo clavo.
Caserío de Adarogoikoa (Orozko), en ruinas

Según el historiador bilbaíno Alberto Santana, "nos inventamos el caserío incorporando los últimos avances tecnológicos de la carpintería estructural gótica europea del momento".
Caserío de Txakarrone (Arrieta), con arreglos recientes

Alberto Santana hace ya 22 años, en el año 1993, publicó "Los caseríos vizcaínos" en la revista Narria. Estudios de artes y costumbre populares y los textos de "Baserria", libro editado por la Diputación Foral de Gipuzkoa. El arquitecto suizo Alfredo Baeschlin (1883-1964), "ese artista inquieto que tiene por techo el sol y por patria la tierra" en palabras de Pedro Guimón en el año 1929, que vivió durante dos años en Abadiño, publicó ese mismo año el libro "La arquitectura del caserío vasco", reeditado por Eusko Ikaskuntza en el año 1992 en el número 9 de la revista Ondare. Cuadernos de Artes Plásticas y Monumentales.

Locha de río

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Locha de río en su hábitat

La Locha o Lobo de río (Barbatula quignardi) es una especie distinta de Barbatula barbatula, según el "Handbook of European freshwater fishes", publicado en el año 2007. Hasta hace poco se consideraba que eran la misma especie y así aparece en el "Atlas y Libro Rojo de los Peces Continentales de España", publicado en el año 2001, aunque sus autores ya consideraban "necesaria una revisión taxonómica de las poblaciones españolas".
Locha de río, medida

El nombre de Lobo de río se le queda grande a un pez que no supera los 20 centímetros de longitud y cuyos adultos suelen tener tallas comprendidas entre los 10 y 15 cm. En la cuenca del río Nervión-Ibaizabal se le conoce con el nombre de "sarbo". Se capturaban con tenedores, "sardeska" en euskera. Tal vez este nombre local tenga que ver con el hecho de que se pescaban mediante tenedores. Es un pez bentónico, perfectamente adaptado a su vida en el fondo de los ríos, con boca ínfera y tres pares de barbillas. En Bizkaia se le encuentra habitualmente en rápidos con fondos someros de piedra y grava.
 Locha de río, pesado

Su pequeño tamaño, el microhábitat que ocupa en los ríos y el hecho de permanecer inmóvil sobre las piedras o la grava del fondo, perfectamente camuflado gracias al color de su piel, hace que pase desapercibido allí donde vive. Tengo la impresión de que es el pez más difícil de detectar durante los muestreos mediante pesca eléctrica que se realizan con el objetivo de conocer la ictiofauna de los ríos, cuando se capturan, identifican, miden, pesan y liberan todos los peces de un tramo determinado de un curso fluvial.
Distribución de Barbatula quignardi. Fuente: IUCN

Su área de distribución incluye cuencas del cuadrante nororiental de la península Ibérica y del sur de Francia. En la vertiente cantábrica vive en los ríos vascos entre el Nervión y el Bidasoa. No se ha encontrado en los ríos al oeste del Nervión: en Bizkaia, las cuencas del Barbadún, Agüera y Asón. En la vertiente cantábrica ocupa la totalidad de la cuenca del río Ebro. Existe una población introducida en el río Órbigo, en la cuenca del río Duero.

Zorzal común

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Zorzal común

El Zorzal común (Turdus philomelos) es un paseriforme de canto fuerte y melodioso que se reproduce en el País Vasco y resto del tercio norte de la península Ibérica, donde nidifica principalmente en bosques y plantaciones forestales. En el País Vasco es la principal especie cazada durante el paso migratorio otoñal. Durante el invierno el número de aves es considerablemente superior al registrado durante la época de cría.
Zorzal común

Según la Tesis Doctoral de Tomás Santos "Migración e invernada de zorzales y mirlos (género Turdus) en la Península Ibérica", de 1982, editada por la Universidad Complutense de Madrid, las recuperaciones de los zorzales comunes anillados procedían de Suecia (151 nativas y 181 de origen desconocido), Bélgica (147 y 118), Alemania (127 y 216), Finlandia (102 y 124), antigua Checoslovaquia (86 y 11), Noruega (52 y 20), Dinamarca (52 y 68), Rusia (40 y 53), Holanda (37 y 55), Francia (35 y 92), Islas Británicas (35 y 95), Polonia (22 y 87), Suiza (17 y 90), Austria (2 y 0) e Italia (1 y 12). Las poblaciones de Suecia, Finlandia, Noruega, Rusia y la mayor parte de Alemania son estivales e invernan en gran parte en la Península Ibérica. Según José Luis Tellería y Tomás Santos en su artículo "Las áreas de invernada de zorzales y mirlos (género Turdus) en el País Vasco", publicado en la revista Munibe en el año 1982, el mayor número de recuperaciones de aves anilladas corresponde al Zorzal común (165), le sigue el Zorzal alirrojo (67) y resultaron escasas las recuperaciones de Zorzal real (18) y Zorzal charlo (5). En el Macizo del Gorbeia, durante los inviernos 2007/08, 2008/09 y 2009/10 el número censado de Zorzal común fue mayor que el de Zorzal charlo (Turdus viscivorus) y menor que el de Zorzal alirrojo (Turdus iliacus).
Zorzal común herido

Según José Luis Garrido Martín en su publicación "La caza. Sector económico" en España se cazaron anualmente una media de 6.031.841 zorzales, la mayoría zorzales comunes, entre las temporadas 2006/2007 y 2010/2011, con un mínimo de 5.676.858 y un máximo de 6.477.961. Teniendo en cuenta que según "The EBCC Atlas of European Breeding Birds" su población reproductora europea es de 14.127.336-18.470.086 aves, se deduce que gran parte de la población de esta especie es cazada en España cada año, sin que se hayan detectado declives ni aumentos de la población reproductora europea. Muchos de los ejemplares acaban heridos o no recuperados por caer en zonas con vegetación que dificulta encontrarlos. En las líneas de pase este fenómeno parece muy importante, aunque no hay datos que permitan conocer que proporción de las aves heridas o muertas acaban siendo recuperadas y contabilizadas como cazadas. La Orden Foral 2313/2015, que regula la caza de la paloma y zorzales migratorios en las líneas de pase con reglamentación especial de Bizkaia en la temporada cinegética 2015/2016 que el periodo hábil será del 28 de septiembre al 6 de diciembre en 1.424 puestos.

La media anual de los zorzales cazados en las líneas de pase reglamentadas de Bizkaia fue de 23.103 ejemplares, con un mínimo de 5.596 y un máximo de 80.950 en la temporada de 2006/2007.

El número de puestos en las líneas de pase reglamentadas se quintuplicó desde la temporada 2001/2002 hasta la de 2005/2006.

Si excluimos la temporada 2006/2007, el número medio de zorzales cazados en cada puesto ocupado cada día fue de 1,84 ejemplares, con un mínimo de 1,15 y un máximo de 2,30 ejemplares.

Paloma torcaz

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Paloma torcaz

La Paloma torcaz (Columba palumbus) tiene una distribución paleártica, aunque mayoritariamente europea. Es un ave forestal que ha conseguido adaptarse en las últimas décadas a ambientes antrópicos como cultivos, parques y jardines. Mientras que las poblaciones que se reproducen en el norte y el este de Europa son principalmente migratorias, las de la península Ibérica son fundamentalmente sedentarias.
Paloma torcaz

Según José Luis Garrido Martín en su publicación "La caza. Sector económico", en España en la temporada 2010-2011 se cazaron 1.541.466 palomas. Teniendo en cuenta que según "The EBCC Atlas of European Breeding Birds" su población reproductora europea es de 8.816.463-12.137.934 aves, se deduce que gran parte de la población de esta especie es cazada en España cada año. En el año 1984 Francisco José Purroy estimó que en Europa se cazaban unas 9.500.000 aves anualmente. Sin embargo, durante el siglo XX y lo que va del XXI se ha registrado un aumento continuado de sus poblaciones europeas.

La media anual de las palomas cazadas en las líneas de pase reglamentadas de Bizkaia fue de 2.519 ejemplares, con un mínimo de 459 y un máximo de 7.209 en la temporada de 2006/2007.

El número de puestos en las líneas de pase reglamentadas se quintuplicó desde la temporada 2001/2002 hasta la de 2005/2006.

El número medio de palomas cazadas en cada puesto ocupado cada día fue de 0,26 ejemplares, con un mínimo de 0,07 y un máximo de 0,50 ejemplares.

Muchos de los ejemplares acaban heridos o no recuperados por caer en zonas con vegetación que dificulta encontrarlos. En las líneas de pase este fenómeno parece muy importante, aunque no hay datos que permitan conocer que proporción de las aves heridas o muertas acaban siendo recuperadas y contabilizadas como cazadas. La Orden Foral 2313/2015 regula la caza de la paloma y zorzales migratorios en las líneas de pase con reglamentación especial de Bizkaia en la temporada cinegética 2015/2016 en 1.424 puestos en el periodo hábil del 28 de septiembre al 6 de diciembre.

Caza de palomas desde una línea de caza reglamentada en Zeberio (Bizkaia) el 17 de octubre de 2015, en el lado oriental del valle del Nervión.

Palomas torcaces cazadas en Arrigorriaga

La migración de las palomas torcaces que llegan a la península Ibérica se produce principalmente por el extremo occidental de los Pirineos. Allí están las famosas "palomeras", donde ya se cazaban antes de la irrupción de las armas de fuego, mediante redes que se colocaban y se siguen colocando en los collados por donde pasan. En Navarra las más conocidas son las de Etxalar y Valcarlos. Para conseguir que las palomas bajen hasta la redes, se lanzan al aire paletas de maderas denominadas "polotia" y se agitan banderas denominadas "chaterra".


Caza de palomas desde una línea de caza reglamentada en Arrigorriaga (Bizkaia) el 31 de octubre de 2015, en el lado occidental del valle del Nervión.


Hace 15 años, en el otoño del año 2000, participé como agente forestal de la Diputación Foral de Bizkaia en el censo de esta especie durante su paso migratorio a través de los Pirineos y durante su invernada en el cuadrante suroccidental de la península Ibérica. Entre los días 27 y 29 de octubre de 2000 participé en el censo de bandos desde cerca de la ciudad de Urrugne (Urruña en euskera), en el País Vasco francés. El primer día contamos 6.644 palomas, al día siguiente 246.000 y el tercer día el paso migratorio fue despreciable. Efectivamente, durante el paso migratorio, hay días en las que las aves vuelan sin descanso, mientras que otros días permanecen quietas allí donde están. Dirigidos por Antonio Bea y José María Fernández, junto a otros agentes forestales de la citada Diputación, entre los días 12 y 16 de noviembre de 2000 participé en el censo de los dormideros invernales en Portugal. Al comienzo de la invernada, con algunos indicios de actividad en un posible dormidero de alrededor de una hectárea de superficie, me enviaron para realizar su censo junto a otro compañero. Entre las 7:05 y las 7:15 de la mañana estimamos que volaron del dormidero unas 200.000 palomas. El sol salió por el horizonte a las 7:20. Pensé que debía ser uno de los espectáculos naturales más impresionantes del planeta. Al día siguiente, Antonio Bea y José María Fernández, con experiencia previa en el censo de bandos tan grandes, estimaron que el número de aves era cercano al millón. Los resultados de aquellos censos pueden consultarse en el artículo "Censo y distribución de los efectivos de Paloma Torcaz Columba palumbus invernantes en la Península Ibérica", que estimaron que la población invernante de la península Ibérica era de 2.500.000-3.000.000 aves, la mayoría en Extremadura, Toledo y el centro de Portugal, donde se alimentan principalmente de bellotas en las dehesas y "montados" de encina (Quercus ilex) y alcornoque (Quercus suber).

La misteriosa desaparición en el inventario forestal de 2010 de los robledales albares de Orozko

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Brinzal de Quercus petraea en el robledal de Orortegi

Como ya contamos hace tiempo, en el municipio de Orozko se encuentran dos robledales albares (Quercus petraea) que según el Inventario Forestal de 2005 ocupaban una superficie de 63 hectáreas, casi la mitad de la ocupada por este roble en Bizkaia, 142 hectáreas según dicho Inventario Forestal.
Robledal albar de Orortegi

Junto a las 23 hectáreas del bosque de Garrastatxu, en el municipio alavés de Zuia, constituyen la totalidad de la superficie ocupada por Quercus petraea en el Macizo del Gorbeia. Los tres robledales albares se encuentran en laderas con pendiente moderada y expuestas al norte.
 Robles albares de Orortegi

Las hojas pediceladas y sin lóbulos en su base, así como las bellotas sentadas, en lugar de pedunculadas, distinguen Quercus petraea de Quercus robur. Los ejemplares de los bosques de Quercus petraea de Orozko muestras pocos signos de hibridación con otros robles y parece difícil confundirlos con ejemplares de Quercus robur.
Inventario Forestal de 2005

Según el Inventario Forestal de 2005 había 63 hectáreas de robledal de Quercus petraea en Orozko, mientras que eran 277 las de Quercus robur. El estado de masa de todas las hectáreas de Quercus petraea era fustal, el de mayor edad.
Inventario Forestal de 2010

Según el Inventario Forestal de 2010 había 2 hectáreas de robledal de Quercus petraea en Orozko, mientras que eran 361 las de Quercus robur. Las 63 hectáreas de Quercus petraea de Orozko siguen en pie y no encontramos una explicación lógica a su misteriosa desaparición del inventario forestal de 2010. Esperamos que este error se corrija en el siguiente Inventario Forestal.
Localización de los robledales albares de Orortegi y Arbaitza (Orozko).

El olvidado caso de dos guardas forestales del ICONA asesinados por ETA

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El comando Uzturre de ETA asesinó en un puente sobre el río Araxes, frente al domicilio donde residía con su mujer y sus hijos, a Ramiro Quintero Ávila, guarda jurado de la piscifactoría de Lizartza (Gipuzkoa) el 2 de octubre de 1978. La víctima, nacida en Tacoronte (Tenerife), tenía 57 años, estaba casado y era padre de cuatro hijos. Trabajó como guarda forestal durante 31 años. Tras pasar por diversos destinos en Canarias, desde comienzos de 1977 trabajó en la citada piscifactoría. Cuando le asesinaron llevaba aquí solo año y medio y había solicitado al ICONA su traslado a Tenerife.

El 12 de noviembre de 1979 ETA asesinó al guarda forestal Fernando Rodríguez Espínola en el interior del bar Iru-bide de Oiartzun (Gipuzkoa). Era natural de Constantina (Sevilla), pero llevaba 25 años residiendo en Oiartzun, tenía 53 años y estaba soltero. Según el comunicado de ETA, "Fernando Espínola pertenecía a dicha estructura colaboracionista actuando en la sombra desde su heterogénea actividad pública como guarda forestal y corresponsal de prensa".

El ICONA, el Instituto para la Conservación de la Naturaleza, por entonces tenía todas las competencias en materia de montes, incendios, caza y pesca hasta su transferencia al SEFOCONA, el Servicio Forestal y de Conservación de la Naturaleza, de la comunidad autónoma del País Vasco tras la aprobación de su Estatuto de Autonomía el 18 de diciembre de 1979. Estas competencias fueron a su vez parcialmente transferidas a los territorios históricos de Bizkaia, Gipuzkoa y Araba tras la entrada en vigor de la Ley de Territorios Históricos el 25 de noviembre de 1983.

En los mismos años ganó protagonismo el Komando Irrintzi de ETA, que afirmaba que Euskadi no podría ser libre mientras no se aunasen los conceptos independencia y ecología, lo que significaba luchar contra las centrales nucleares, las repoblaciones de pinos, la contaminación del agua, o la caza de especies en peligro de extinción. El 1 de febrero de 1978, el Komando Irrintzi envió a la Diputación de Gipuzkoa un escrito de denuncia sobre la proliferación del pino radiata, donde amenazaba con la quema de plantaciones de pinos si las Diputaciones no cambiaban su política forestal en un plazo de seis meses:

"SR. PRESIDENTE DE LA DIPUTACIÓN DE GUIPÚZCOA. Euskadi, enero 1978. Como consecuencia de la vergonzosa e inadmisible pasividad de la Diputaciones Vascas ante la masacre ecológica que asola Euskadi, se ha formado el comando Irrintzi. Su misión será la denuncia de todas aquellas situaciones o procesos que incidan en la ya abusiva e insostenible situación que corroe nuestra patria, centrándonos de forma especial en la defensa de nuestros montes. El pueblo Euskaldún es consciente del daño que la política agraria de los últimos años ha causado a nuestra tierra. Ahí está sino, la absurda y criminal proliferación del pino insignis, cuyas secuelas de ruina y envilecimientos de amplias zonas rurales son de todos conocidas. Como responsables de este proceso degenerador, exigimos a las Diputaciones la inmediata puesta en vigor de planes nacionales que salven de la ruina al baserritarra, capacitándole tanto técnica como moralmente en el trabajo y supervivencia del caserío. Si este desaparece, Euskadi habría muerto. Por tanto como origen de nuestra cultura y reducto de las mejores esencias del Pueblo Vasco, el caserío deberá ser para nosotros lugar sagrado. A través de los órganos de difusión, las Diputaciones harán un llamamiento a las conciencias de todo el pueblo euskaldun, con el fin de que todos colaboremos en el deber de cuidar, mimar y defender nuestra Patria. De nada sirve llamarse abertzale, si luego machacamos despiadadamente nuestra tierra. Se hará comprender al baserritarra el error que supone el monocultivo del Insignis, por la ruina que produce en las tierras y su escaso rendimiento económico. Se les animará y ayudará a promover nuevas campañas de repoblaciones forestales encaminadas, principalmente, a devolver a Euskadi las especies autóctonas extinguidas. Ante las condiciones de vida tan insostenibles que una minoría sedienta de codicia ha implantado en nuestra Patria, ni podemos ni debemos permanecer impasibles. No somos terroristas, pero tampoco vamos a consentir que esta situación se prolongue por más tiempo. Por lo tanto si en el término de SEIS MESES ustedes no han tomado algún tipo de medida encaminada a erradicar el grave problema que les planteamos, nos veremos en la necesidad de iniciar la destrucción sistemática de plantaciones enteras de pinos. Deberán hacer llegar a las Diputaciones de Vizcaya, Álava y Navarra el contenido de esta nota, para que, enterados de nuestros objetivos, obren en consecuencia".

El presidente de la Diputación guipuzcoana envió una copia del escrito al resto de las Diputaciones, con una nota donde manifestaba que era consciente de que la política forestal preocupaba a un gran sector de la población, por lo que proponía una reunión de las tres diputaciones forales para buscar "una solución del problema que a corto plazo se nos va a presentar". Incorporaba un informe redactado con urgencia por el Jefe del Servicio Forestal que informaba de que la proliferación de los pinos era una realidad, y que se debía a una decidida voluntad del casero de cambiar su forma de ganarse la vida, que no cambiaba ganadería y agricultura por pinos sino la vida en el caserío y su rentabilidad por un puesto de trabajo en la industria más los pinos. Proponía iniciar un estudio que tomase ejemplo de cómo otras zonas centroeuropeas de montaña habían compaginado una problemática similar respecto a lo rural e industrial. 

En septiembre de 1978, el periódico El Diario Vasco con el titular: "Que no se quemen los feos, el pino insignis es de los caseros", recogía la amenaza del comando Irrintzi de quemar todos los pinos insignis del País Vasco si no se talaban antes del 15 de octubre, y que el pino insignis, "que a pesar de su nombre está entre las coníferas más innobles", había ocupado antiguos bosques de robles y hayas, o algunos recién talados. Consideraba lógica la plantación en terrenos privados, pero no en los terrenos comunales, ya que la gente "no aguantaba su antiestética imagen". Entre los días 10 y 12 diciembre de 1978 se produjeron varios incendios en Bizkaia y el Komando Irrintzi reivindicó la quema del pinar del monte Unbe

En agosto de 1979, poco antes de iniciarse la media veda el día 26 de aquel mes, la Sociedad de Cazadores y Pescadores de Álava, que agrupaba a varios miles de cazadores, recibió un comunicado firmado por este comando: "Rogamos se informe a los señores socios del contenido de este comunicado. Es nuestro deber informarles que vamos a movilizar comandos de vigilancia, y que pedimos a todos se abstengan de salir a cazar. Lamentarían profundamente toparse con ellos". En el comunicado respecto de la caza escribieron que "su aspecto deportivo conserva profundas raíces de origen feudal españolista, de tan mal recuerdo para el pueblo vasco...ya que el sentimiento de nobleza, equidad y respeto le hacía reacio a todo tipo de violencia".

El Árbol de Gernika

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Pintura de la Jura de Fernando el Católico ante el Árbol de Gernika

El Señor de Vizcaya juraba respetar los Fueros bajo el árbol de Gernika (Gernikako Arbola en euskera), un roble (Quercus robur) situado delante de la Casa de Juntas en la localidad de Gernika (Bizkaia) que simboliza las libertades que poseen los vizcaínos, y por extensión, los vascos. El pintor alavés Francisco de Mendieta y Retes representó en el año 1609 el momento en que el rey Fernando el Católico juró los Fueros del Señorío de Vizcaya el 30 de julio de 1476 bajo el Árbol de Gernika. También lo haría la reina Isabel la Católica el 17 de septiembre de 1483, heredera del Señorío de Vizcaya, que pertenecía a la Corona de Castilla desde el 24 de agosto de 1379, fecha de la coronación del rey Juan I de Castilla, bisabuelo de Isabel La Católica.
El "árbol viejo"

El roble ante el que juraron los Fueros los Reyes Católicos murió en el año 1811, pero ya en 1742 se plantó un retoño, que murió en 1892 y cuyo tronco, el "árbol viejo", se conserva junto a la Casa de Juntas.

Los robledales de Bizkaia no pueden haber aumentado un 46,41% entre los años 2005 y 2010

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 Roble de Burbustu (Zaratamo), de 447 cm de perímetro

El roble (Quercus robur) es el árbol que cubriría más del 75% de la superficie del territorio de Bizkaia según los mapas de vegetación potencial. Por la necesidad de su madera para la construcción naval, la construcción de los caseríos vascos entre los siglos XVI y XIX o para la obtención del carbón vegetal empleado en las ferrerías, precursoras de la industria vasca, una intensa gestión forestal, que incluía el mantenimiento de numerosos viveros donde se obtenían los brinzales que luego se plantaban en los montes, logró que miles de hectáreas de robledales trasmochos cubrieran gran parte de los montes vizcaínos hasta hace poco más de un siglo.
Bizkaia es el territorio de la comunidad autónoma del País Vasco con menor superficie ocupada por robledales de Quercus robur según los inventarios forestales de 2005 y 2010. Sin embargo, los robledales de Bizkaia habrían aumentado el 46,41% entre los años 2005 y 2010, plazo de tiempo en el que habrían aumentado de 2.062 a 3.019 hectáreas.
Hoja de Quercus robur, de pedicelo corto, cubierta por la escarcha

Aún así, la superficie ocupada por el roble Quercus robur en el año 2010 solo sería un 15% de la que cubría los montes públicos 131 años antes, en el año 1879. Tras la abolición foral en el año 1876 al final de la Tercera Guerra Carlista, el 29 de noviembre de 1877 el ministerio de Fomento comisionó a varios ingenieros de montes para inventariar los montes públicos vascos. El 17 de mayo de 1879 el ministro de Fomento informó al Presidente del Consejo de Ministros sobre los montes vascos. Respecto a Bizkaia, quedó escrito que “no hay en toda la provincia un solo monte alto; en su mayor parte se hayan sujetos al método de descabezamiento y turnos cortos que varían entre 8 y 16 años, en la mira sin duda de conciliar la fabricación del carbón con el aprovechamiento de pastos”. Los montes públicos inventariados en Bizkaia ascendieron a 237 con un superficie de 33.820 hectáreas. De ellas, 20.247 eran de roble, 7.425 de haya, 37 de encina, 2.401 de madroño y 3.710 de raso-matorral. Es decir, el 60% de los montes públicos estaban cubiertos por robles trasmochos.
Ese supuesto aumento de la superficie cubierta por Quercus robur varió mucho por comarcas, desde el 1,47% en la de Markina-Ondarroa hasta el 138,12% en la del Gran Bilbao. Según el inventario forestal de 2010, hay 1.160 hectáreas en la comarca de las Encartaciones, más de un tercio de las de Bizkaia.
En los inventarios forestales es habitual distinguir los "estados de masa":
  • Repoblado: cuando los arbolillos tienen una altura de entre 25 y 130 cm o cuando sus copas ya se tocan. 
  • Monte bravo: desde repoblado hasta que se inicia la poda natural.
  • Latizal: desde que se inicia la poda natural hasta que los árboles alcanzan un diámetro de 20 cm a una altura de 130 cm sobre el suelo.
  • Fustal: cuando el diámetro medio de los árboles es superior a 20 cm a una altura de 130 cm sobre el suelo.
Bellotas de Quercus robur, largamente pedunculadas

El roble es una especie de crecimiento lento. El estado de masa latizal no se alcanza en Quercus robur hasta los 25-40 años. En el plazo de los 5 años transcurridos entre los inventarios forestales de 2005 y 2010 solo es posible que los árboles en un estado de masa determinado hayan pasado al inmediatamente posterior. Eso implica que la superficie ocupada por los robles en 2010 no podría superar la ocupada en 2005 más la ocupada por el repoblado/monte bravo de 2010. En el año 2010 la superficie ocupada no podría superar las 2.187 hectáreas si los resultados del inventario forestal de 2005 fueran correctos. Es imposible que los inventarios forestales de 2005 y 2010 sean correctos a la vez en el caso del Quercus robur en Bizkaia y, mucho más importante, es imposible que la superficie ocupada por los robledales de Bizkaia haya aumentado un 46,41% en cinco años si el estado de masa repoblado/monte bravo de 2010 es de 125 hectáreas.
El Mellizo, roble de Monte Aá, Ruente (Cantabria), de 910 cm de perímetro

Pico mediano

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El Pico mediano (Leiopicus medius) se distribuye desde los montes Zagros (Irán) hasta la cordillera Cantábrica y desde Letonia hasta el sureste de Turquía. En Europa se encuentra más del 75% de su población, la mayoría en el este y sureste. Las poblaciones del norte y el oeste de Europa son de pequeño tamaño y han sufrido declives entre 1970 y 1990. Su distribución se ha reducido por algunos de sus bordes en los últimos dos siglos, como prueban las citas en Portugal durante el siglo XIX y principios del XX, y su probable presencia en los robledales del Sistema Central y Sierra Morena, así como su extinción reciente en Suecia. Además, parece escasa su capacidad de expansión. Juveniles radio-marcados en la comunidad autónoma de Castilla y Léon realizaron movimientos dispersivos desde el lugar de nidificación que no superaron los 5 kilómetros de distancia. 
 
En el "Atlas de las aves reproductoras de España" se estimó su población en 1.045-1.205 parejas reproductoras, la mayoría repartidas en dos poblaciones, una en la parte oriental de la cordillera Cantábrica, con 480-685 parejas, y la otra en 3.500 hectáreas de marojales, melojares o rebollares (Quercus pyrenaica) del sureste de Álava, con 365-520 parejas. De esa primera población, unas 250-300 parejas se encuentran en el oeste de Cantabria y 220-375 en el norte de Palencia y el noreste de León. Se conocían pequeñas poblaciones en los bosques de la confluencia de Álava, Vizcaya y Navarra, en el norte de Navarra, y en el valle de Arán en Lleida, "con posibilidades de que la mayoría hayan desaparecido recientemente, a tenor de las últimas prospecciones realizadas". Según el "Atlas de las aves nidificantes de Asturias 1990-2010", también se habría extinguido del suroeste de Asturias. Como puede verse en el mapa superior, las poblaciones del suroeste de Asturias y otras fueron registradas durante la recogida de datos en el período 1985-1997 para el "Atlas de las aves de España", pero no durante el período 1998-2002 para la publicación arriba citada.
Además de en marojales, donde se encuentran sus dos principales poblaciones ibéricas: una en los montes de Izki-Sabando (Álava) y la otra en la comarca de Liébana (Cantabria), vive en robledales (Quercus robur y Quercus petraea) maduros y extensos, hoy ausentes de amplios territorios. A diferencia del Pico picapinos y otros pícidos que se alimentan de insectos perforadores de la madera, el Pico mediano busca los invertebrados de los que se alimenta en las grietas de la corteza de los árboles, principalmente robles. Como puede leerse en el número 275 de la revista Quercus, Isidoro Fombellida, Alejandro García Herrera y Miguel Rollán Reyero censaron la población de Cantabria en el año 2004, cuando estimaron 706 parejas reproductoras, 196 de ellas en las cuencas del Saja y el Besaya, la mayoría de estas en los extensos robledales (Quercus robur) maduros que allí se conservan, donde tomé estas fotografías el 7 de noviembre de 2015.
En el Tomo X de las Memorias de la Real Sociedad Española de Historia Natural (1914-1918), Julián Aldaz y Emazabel la califica de "rara" en la página 471 de su "Catálogo de las aves observadas en Guipúzcoa y Vizcaya". Más tarde, Alfredo Noval en la revista Munibe del año 1967 publicó en su "Estudio de la avifauna de Guipúzcoa" que era "raro nidificante en bosques de montañas. Pocas observaciones y no siempre seguras".
Durante la recogida de datos para el "Atlas de los vertebrados continentales de Álava, Vizcaya y Guipúzcoa", publicado en el año 1985, se encontró una única pareja nidificante no lejos de San Sebastián que llegó a reproducirse con éxito en el nido perforado en una falsa acacia (Robinia pseudacacia). Teniendo en cuenta el conocimiento que se tiene sobre la evolución de sus poblaciones, es posible que se tratara de una de las últimas parejas nidificantes en los robledales de la vertiente cantábrica del País Vasco. Según el inventario forestal elaborado en el 1878, en Bizkaia “no hay en toda la provincia un solo monte alto; en su mayor parte se hayan sujetos al método de descabezamiento y turnos cortos que varían entre 8 y 16 años, en la mira sin duda de conciliar la fabricación del carbón con el aprovechamiento de pastos”. Se inventariaron 33.820 hectáreas de montes públicos, 20.247 de ellas cubiertas por robles. Es decir, el 60% de los montes públicos estaban cubiertos por robles trasmochos. Otras 12.511 hectáreas se inventariaron en los montes públicos guipuzcoanos. Según el inventario forestal de 2010, en Bizkaia había 3.109 hectáreas de Quercus robur y 8.532 en Gipuzkoa. Son bosquetes pequeños, jóvenes y aislados entres sí, con nula capacidad para acoger poblaciones viables de Pico mediano. En el "Atlas de las aves nidificantes de Gipuzkoa", publicado en el año 2001, no se cita en absoluto, por lo que hay que darlo por extinguido en dicho territorio.
Ramón Arambarri Bengoa y Arturo F. Rodríguez publicaron en el año 1996 en la revista Ardeola"Distribución y estima poblacional del Pico mediano (Dendrocopos medius) en Álava", resultado de un estudio de la población alavesa, descubierta en 1993 en el melojar de Izki. Además de la población de Izki, localizaron 8 ejemplares en Elguea-Urkilla en el año 1994, pero ninguno al año siguiente, concluyendo, acertadamente en mi opinión, que "este pequeño núcleo podría ser una parte relicta que ha ido desapareciendo, y que ocupó la mayor parte del melojar de estas sierras", situado a unos 30 kilómetros del melojar de la vertiente sur del Macizo del Gorbeia, que cubre 3.184 hectáreas en la comarca alavesa denominada "Estribaciones del Gorbea", que, por sus características y localización, es posible que también haya acogido una población de Pico mediano en el pasado.
Según Javier Ferreres, que dirigió un censo primaveral en el año 2015 en Gipuzkoa, cuyos resultados pueden leerse en el informe "Distribución del Pico mediano en Gipuzkoa", de Itsas Enara Ornitologia Elkartea, detectaron su presencia en tres localidades, con al menos un territorio ocupado. Lo más interesante es que, aunque dos de las localidades están en la frontera con Navarra, la tercera está en el interior de Gipuzkoa, en el Parque Nacional de Pagoeta, que podría ser el inicio de una incipiente recolonización de Gipuzkoa, que sería hasta cierto punto esperable, ya que cría en Iparralde, muy cerca de la frontera, donde está en expansión. En toda la vertiente norte pirenaica su distribución es ahora prácticamente continua, lo que habría permitido que en el valle de Arán la población haya pasado de 2 parejas a 27 en los últimos 20 años. También en Navarra la evolución parece positiva, incluso ha aparecido un núcleo poblacional en Bertiz. Esta misma tendencia se aprecia en otras zonas de Francia y Alemania. Los casos de Belgica y Holanda son muy interesantes: en Holanda la evolución es espectacular, hacia el año 2000 había un núcleo poblacional con menos de 20 parejas, mientras que en 2014 eran ya más de 400 parejas y había ampliando su distribución a 4 regiones diferentes. En Flandes la primera pareja se estableció en 1998 y para 2005 eran ya 50. Después de muchas décadas de rarefacción, la expansión de los pícidos está siendo generalizada en Europa occidental, asociada a un incremento de la superficie boscosa y, sobre todo, a la protección y progresiva maduración de los bosques autóctonos. Aunque los primeros en aprovechar esta situación son las especies de pícidos más generalistas, como el Pico picapinos (Dendrocopos major) o el Picamaderos negro (Dryocopus martius), cuando las masas boscosas siguen evolucionando, les siguen otras más exigentes como el Pico mediano.

Anguila

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La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) en el año 2008 incluyó la Anguila europea (Anguilla anguilla) en la categoría de máximo riesgo de extinción: "Critically Endangered", En Peligro Crítico en castellano.
En la fotografía superior se aprecia una anguila en un bajo relieve de un sepulcro del Antiguo Egipto, expuesto en el parisino Museo de Louvre, donde lo fotografié el 8 de agosto de 2011. Ya las poblaciones ribereñas del Nilo pescaban anguilas. Su pesca sigue siendo una actividad importante. En el País Vasco únicamente la realizan los "anguleros" en las desembocaduras de los ríos en su fase juvenil o angula. Emplean un cedazo denominado "baia" y un candil durante las noches de los meses invernales. También las pescan "a la ola", otro método que se practica en las playas adyacentes a desembocadura de los ríos, penetrando en el agua con vadeadores y buscando zonas de la playa donde las olas convergen regularmente y acumulan angulas que todavía no han penetrado en los ríos. El Gobierno Vasco comenzó a regular su pesca en el año 2003. Desde entonces es necesaria la posesión de una licencia personal, válida para una sola cuenca, donde deben anotarse las capturas diarias por parte de los pescadores.
En la temporada 2014-2015 se tramitaron 937 licencias de pesca desde superficie en 6 cuencas fluviales de Bizkaia y 4 de Gipuzkoa, además de 42 licencias desde barco. En la ría y estuario del Nervión-Ibaizabal se concedieron 165 licencias, 138 de ellas entre el barrio bilbaíno de La Peña y el getxotarra de Las Arenas, y el resto entre Las Arenas y El Abra. La temporada de pesca de 2015-2016 será del 5 de noviembre de 2015 hasta el 31 de enero de 2016. Las capturas obtenidas no pueden ser objeto de venta ni transacción y el máximo de capturas por licencia y día será de 2 kilos, estando prohibida la pesca de individuos de tamaño superior a 12 centímetros. Las angulas pescadas en la cuenca del Nervión-Ibaizabal fue de 128,6 kilos de media en el período 2003-2007, lo que representa algo más del 50% de las capturas producidas en Bizkaia y algo más del 10% de las del País Vasco. Considerando que un kilo de angulas equivale a unos 3.000 individuos, en la desembocadura del Nervión-Ibaizabal se pescan legalmente unos 385.000 alevines de anguila al año.
Según el "Plan de gestión para la recuperación de la Anguila europea en el País Vasco", de junio de 2010, la alteración de la calidad del agua a finales de la década de 1970 y principios de 1980 provocó que la anguila prácticamente desapareciese de la cuenca del río Nervión-Ibaizabal. Los planes de saneamiento y depuración puestos en marcha desde entonces ha producido una considerable reducción de la carga contaminante en esta cuenca. Sin embargo, dentro de las cuencas cantábricas del País Vasco, la del Nervión-Ibaizabal alcanza los valores máximos de policloruros de bifenilo (PCBs), hexaclorobenceno (HCB) y arsénico.

Las larvas de Anguila o leptocéfalos tienen el cuerpo muy comprimido lateralmente y son completamente transparentes. Es una especie catadroma, cuyas larvas nacen en el mar de los Sargazos y se dejan llevar por la Corriente del Golfo hasta las costas atlánticas europeas y de los mares Báltico, Mediterráneo y Negro, a donde llegan al cabo de unos dos años. A las costas ibéricas y del Golfo de Vizcaya llegan desde finales del otoño hasta principios de la primavera, principalmente en los meses de diciembre y enero, mientras que llegan más tarde a las costas del norte de Europa. En el trayecto desde el mar de los Sargazos hasta las costas europeas los leptocéfalos crecen hasta alcanzar unos 10 cm de longitud. Adquieren la forma cilíndrica propia de las angulas al llegar a las aguas salobres de las desembocaduras de los ríos. Al principio son transparentes y se van pigmentando en las desembocaduras de los ríos hasta adquirir un tono pardo verdoso en el dorso y amarillento o blanquecino en el vientre. 
En los estuarios de los ríos las angulas se metamorfosean en anguilas amarillas, que suben aguas arriba. Tienen un color negruzco y el vientre amarillento. Hasta los 15 cm de longitud están sexualmente indiferenciadas y en el período de crecimiento hasta alcanzar los 30 cm se convierten en machos o hembras. Los machos se alimentan en los ríos hasta alcanzar una longitud de 30-45 cm y a continuación se produce su maduración sexual. Las hembras permanecen en los ríos y siguen alimentándose y creciendo hasta alcanzar una longitud superior a 45 cm y un peso superior a 150 gramos antes de madurar. Los machos pasan en el río de 3-15 años y las hembras de 4-20 años. A continuación, las anguilas maduran, adquieren tonos plateados, le crecen los ojos, dejan de alimentarse y se dirigen hacia la desembocadura de los ríos y de allí nadan hasta el mar de los Sargazos, donde se reproducen a gran profundidad desde principios de marzo hasta julio. Tras reproducirse, mueren.

En este vídeo investigadores del Departamento de Zoología de la Universidad del País Vasco miden, pesan e implantan un microchip para su identificación individual a una anguila dentro de un proyecto de investigación en el que colabora la Diputación Foral de Bizkaia con sus agentes forestales.

Aureliano Letona, el guarda forestal asesinado en Orozko

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El guarda forestal Aureliano Letona Urrutia murió cuando tenía 55 años como consecuencia de una brutal paliza que sufrió la noche del 5 de febrero de 1981 durante la celebración de Santa Águeda en el barrio de Ibarra, en el municipio de Orozko (Bizkaia). Quedó viuda Carmen López de Guereñu y huérfana la hija de ambos Yolanda. Inexplicablemente, en su día ningún periódico dio noticia de la aparición de su cadáver desnudo de cintura bajo abajo y lleno de contusiones en el río Altube a su paso por el municipio de Orozko. La Guardia Civil inició las investigaciones, pero sin resultados. El forense Ricardo Mar practicó la autopsia del asesinado y negó la posibilidad de que un accidente de carretera fuera la causa de la muerte. Nueve años más tarde, el suceso apareció en portada en octubre de 1990 en las revistas Interviú y Tiempo
Tras seis años de silencio, Mariano Urquijo confesó voluntariamente en la comisaría de la Ertzaintza de Durango su participación en la paliza que sufrió Aureliano Letona. El alcalde de Orozko, por entonces Antón Olaguenaga, reconoció el 31 de enero de 1991 en una entrevista de televisión que decidió que el ayuntamiento pagase los costes de la contratación de un abogado para defensa de los acusados, así como los de un psiquiatra. La viuda protestó por ello y el alcalde, por increíble que parezca, puso a disposición de la viuda los servicios del mismo abogado y psiquiatra.
El Tribunal reconoció como hechos probados que la víctima se encontraba en el bar "Larrea" de Ibarra cuando hacia las 2 de la madrugada del 5 de febrero de 1981 entró un grupo de hombres, de diversas profesiones (pastor, agricultor, jubilado, empleado de banca, obrero metalúrgico, psicólogo, transportista y comerciante). Le golpearon con una makila (bastón), le cortaron mechones de pelo con unas tijeras de esquilar, le quitaron la ropa de cintura para abajo, le golpearon con un leño encendido que sacaron de la cocina, le golpearon con un fuelle, con un atizador de hierro, principalmente en la cabeza y la cara, y finalmente, con un objeto sin identificar que le dejó gravemente herido. Más tarde, después de tomarse otras bebidas en el bar de la plaza de Ibarra, al comprobar que Aureliano Letona no se recuperaba de la paliza, algunos hombres lo subieron a un Land Rover para llevarlo al hospital de Cruces, pero en el recorrido por carretera, aún en Orozko, le dieron por muerto y finalmente lo arrojaron al río Altube en el barrio de La Cadena.
Por faltas de lesiones y un delito de imprudencia con resultado de muerte fueron condenados a un año de prisión menor Ángel Guerrero Iglesias, Juan Antonio Urraza Ibarreche, Julián Olabarria Lazcano, Antón García de Cortázar, Lorenzo Manzarbeitia Ozaeta, Joseba Arbaiza Olabarria y Leandro Ereño Respaldiza, y a 6 meses el confidente Mariano Urquijo Gómez. Ninguno ingresó en prisión. Si la condena hubiese sido por homicidio, la pena habría sido de entre 12 y 20 años de prisión con la legislación vigente en aquel momento. Sin embargo, el presidente del Tribunal que dictó sentencia dijo que "la única prueba procesal digna de tal nombre está constituida por la declaración de Mariano Urquijo efectuada en el acto de la vista", ya que tanto la Ertzaintza como el Juez de Instrucción Juan del Olmo habían realizado un trabajo pésimo. Varios de los condenados acudieron al programa presentado por el periodista Antxon Urrusolo "Rifi Rafe" de EITB el 14 de enero de 1993, donde quedó patente que no se arrepentían de nada.
Como dijo el Presidente del Tribunal que condenó a los procesados fue "como Fuente Ovejuna a la inversa". En la sentencia condenatoria dijo que "la clara situación de embriaguez de Aureliano Letona" fue el detonante de la paliza que sufrió, favorecido por el "ambiente festivo", el "entorno rural" y las "ingestas alcohólicas y la tosquedad de los sentimientos de todos los circundantes". Pero no creo que esos sean motivos suficientes para dar lugar a la brutal paliza que sufrió. Creo que para entender los sucesos es necesario conocer el contexto social en el que se produjeron, en particular la vida de los guardas del ICONA, Instituto para la Conservación de la Naturaleza, el organismo público que tenía las competencias en materia de aprovechamientos forestales, incendios, caza, pesca y similares, y que fueron transferidas a la comunidad autónoma del País Vasco tras la aprobación de su Estatuto de Autonomía el 18 de diciembre de 1979. El personal del ICONA fue transferido al SEFOCONA, el Servicio Forestal y de Conservación de la Naturaleza, lo que implicó un considerable aumento repentino del salario de los guardas forestales, por lo que es posible que la envidia fuera uno de los motivos, como dijo la viuda en una entrevista de televisión. Al parecer, la víctima acostumbraba a enseñar el sobre de dinero con el que se les pagaba por entonces a los guardas forestales el último viernes de cada mes. También era habitual que bebiera en exceso en aquel bar y, según el testimonio de la viuda, por dos veces llegó a casa con heridas, en una ocasión con varias costillas rotas. La viuda también dijo que le tenían "manía". Algo muy lógico, tratándose de un guarda forestal, funcionario cuyo objetivo es evitar y perseguir los aprovechamientos forestales, cinegéticos o piscícolas ilegales en la vecindad de los propios infractores. La película "Tasio", dirigida por Montxo Armendáriz en el año 1984, refleja bien aquella realidad, hoy bastante superada. En la actualidad muchos agentes forestales prefieren residir fuera de la zona en la que trabajan para evitar que sean vecinos las personas con las que se producen los inevitables enfrentamientos durante el desarrollo de su servicio. Aún todavía, agentes forestales que han trabajado o trabajamos en el municipio de Orozko hemos escuchado como amenaza la frase "aquí se mató a un guarda". El 30 de marzo de 2008 en el programa EITB "La caja negra" emitieron el estupendo reportaje titulado "El crimen de Orozko, crónica de una muerte anunciada".

Fauna de vertebrados del Parque Natural de Gorbeia (193 especies)

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Peces (7 especies)
Anfibios (11 especies)
Reptiles (14 especies)
Aves (excepto migrantes y ocasionales) (111 especies)
  • Zampullín común (Tachybaptus ruficollis) nidificante
  • Cormorán grande (Phalacrocorax carbo) invernante
  • Garza real (Ardea cinerea) invernante
  • Ánade azulón (Ardea platyrhynchos) invernante
  • Abejero europeo (Pernis apivorus) nidiificante
  • Milano negro (Milvus migrans) nidificante
  • Milano real (Milvus milvus) invernante
  • Alimoche común (Neophron percnopterus) nidificante
  • Buitre leonado (Gyps fulvus) residente
  • Culebrera europea (Circaetus gallicus) nidificante
  • Aguilucho pálido (Circus cyaneus) nidificante
  • Azor común (Accipiter gentilis) nidificante
  • Gavilán común (Accipiter nisus) nidificante
  • Busardo ratonero (Buteo buteo) nidificante
  • Aguililla calzada (Hieraetus pennatus) nidificante
  • Cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) nidificante
  • Alcotán europeo (Falco subbuteo) nidificante
  • Halcón peregrino (Falco peregrinus) nidificante
  • Perdiz roja (Alectoris rufa) nidificante
  • Gallineta común (Gallinula chloropus) nidificante
  • Focha común (Fulica atra) nidificante
  • Avefría europea (Vanellus vanellus) invernante
  • Agachadiza común (Gallinago gallinago) invernante
  • Chocha perdiz, becada o sorda (Scolopax rusticola) invernante
  • Andarríos chico (Actitis hypoleucos) nidificante
  • Paloma torcaz (Columba palumbus) nidificante
  • Cuco (Cuculus canorus) nidificante
  • Lechuza común (Tyto alba) nidificante
  • Mochuelo común (Athene noctua) ndiificante
  • Cárabo común (Strix aluco) nidificante
  • Chotacabras europeo (Caprimulgus europaeus) nidificante
  • Vencejo común (Apus apus) nidificante
  • Vencejo real (Tachymarptis melba) nidificante
  • Martín pescador común (Alcedo atthis) nidificante
  • Torcecuello euroasiático (Jynx torquilla) nidificante
  • Pito real (Picus viridis) nidificante
  • Picamaderos negro (Dryocopus martius) nidificante
  • Pico picapinos (Dendrocopos major) nidificante
  • Pico menor (Dendrocopos minor) nidificante
  • Alondra totovía (Lullula arborea) nidificante
  • Alondra común (Alauda arvensis) nidificante
  • Avión zapador (Riparia riparia) nidificante
  • Avión roquero (Ptyonoprogne rupestris) nidificante
  • Golondrina común (Hirundo rustica) nidificante
  • Avión común (Delichon urbicum) nidificante
  • Bisbita arbóreo (Anthus trivialis) nidificante
  • Bisbita pratense (Anthus pratensis) invernante
  • Bisbita alpino (Anthus spinoletta) nidificante
  • Lavandera cascadeña (Motacilla cinerea) nidificante
  • Lavandera blanca (Motacilla alba) ndificante
  • Mirlo-acuático europeo (Cinclus cinclus) nidificante
  • Chochín común (Troglodytes troglodytes) nidificante
  • Acentor común (Prunella modularis) nidificante
  • Acentor alpino (Prunella collaris) nidificante
  • Petirrojo europeo (Erithacus rubecula) nidificante
  • Colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros) nidificante
  • Colirrojo real (Phoenicurus phoenicurus) nidificante
  • Tarabilla europea (Saxicola rubicola) nidificante
  • Collalba gris (Oenanthe oenanthe) ndificante
  • Roquero rojo (Monticola saxatilis) nidificante
  • Mirlo común (Turdus merula) nidificante
  • Zorzal real (Turdus pilaris) invernante
  • Zorzal común (Turdus philomelos) nidificante
  • Zorzal alirrojo (Turdus iliacus) invernante
  • Zorzal charlo (Turdus viscivorus) nidificante
  • Zarcero políglota (Hippolais polyglotta) nidificante
  • Curruca rabilarga (Sylvia undata) nidificante
  • Curruca zarcera (Sylvia communis) nidificante
  • Curruca mosquitera (Sylvia borin) nidificante
  • Curruca capirotada (Sylvia atricapilla) nidificante
  • Mosquitero papialbo (Phylloscopus bonelli) nidificante
  • Mosquitero común (Phylloscopus collybita) invernante
  • Mosquitero ibérico (Phylloscopus ibericus) nidificante
  • Reyezuelo sencillo (Regulus regulus) nidificante
  • Reyezuelo listado (Regulus ignicapillus) nidificante
  • Papamoscas gris (Muscicapa striata) nidificante
  • Papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoeluca) nidificante
  • Mito (Aegithalos caudatus) nidificante
  • Carbonero palustre (Poecile palustis) nidificante
  • Herrerillo capuchino (Lophophanes cristatus) nidificante
  • Carbonero garrapinos (Periparus ater) nidificante
  • Herrerillo común (Cyanistes caeruleus) nidificante
  • Carbonero común (Parus major) nidificante
  • Trepador azul (Sitta europaea) nidificante
  • Agateador europeo (Certhia brachydactyla) nidificante
  • Alcaudón dorsirrojo (Lanius collurio) nidificante
  • Arrendajo euroasiático (Garrulus glandarius) nidificante
  • Urraca común (Pica pica) nidificante
  • Chova piquigualda (Pyrrhocorax graculus) nidificante
  • Chova piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax) nidificante
  • Corneja negra (Corvus corone) nidificante
  • Cuervo grande (Corvus corax) nidificante
  • Estornino pinto (Sturnus vulgaris) nidificante
  • Estornino negro (Sturnus unicolor) nidificante
  • Gorrión común (Passer domesticus) nidificante
  • Gorrión molinero (Passer montanus) nidificante
  • Pinzón vulgar (Fringilla coelebs) nidificante
  • Pinzón real (Fringilla montifringilla) invernante
  • Serín verdecillo (Serinus serinus) nidificante
  • Verderón serrano (Serinus citrinella) nidificante
  • Verderón común (Chloris chloris) nidificante
  • Jilguero europeo (Carduelis carduelis) nidificante
  • Jilguero lúgano (Carduelis spinus) invernante
  • Pardillo común (Carduelis cannabina) nidificante
  • Piquituerto común (Loxia curvirostra) nidificante
  • Camachuelo común (Pyrrhula pyrrhula) nidificante
  • Picogordo (Coccothraustes coccothraustes) invernante
  • Escribano cerillo (Emberiza citrinella) nidificante
  • Escribano soteño (Emberiza cirlus) nidificante
  • Escribano montesino (Emberiza cia) nidificante
  • Escribano triguero (Miliaria calandra) nidificante
Mamíferos (50 especies)
  • Erizo común (Erinaceus europaeus)
  • Topo europeo (Talpa europaeus)
  • Topo ibérico (Talpa occidentalis)
  • Musaraña enana (Sorex minutus)
  • Musaraña tricolor o de Millet (Sorex coronatus)
  • Musgaño patiblanco (Neomys fodiens)
  • Musgaño de Cabrera (Neomys anomalus)
  • Musaraña campesina (Crocidura suaveolens)
  • Musaraña gris (Crocidura russula)
  • Murciélago grande de herradura (Rhinolophus ferrumequinum)
  • Murciélago pequeño de herradura (Rhinolophus hipposideros)
  • Murciélago ratonero grande (Myotis myotis)
  • Murciélago ratonero mediano (Myotis blythii)
  • Murciélago ratonero pardo (Myotis emarginatus)
  • Murciélago ratonero forestal (Myotis bechsteinii)
  • Murciélago ratonero bigotudo (Myotis mystacinus)
  • Murciélago ratonero gris (Myotis nattereri)
  • Murciélago ratonero ribereño (Myotis daubentonii)
  • Murciélago enano (Pipistrellus pipistrellus)
  • Murciélago de borde claro (Pipistrellus kuhlii)
  • Nóctulo pequeño (Nyctalus leisleri)
  • Murciélago hortelano (Eptesicus serotinus)
  • Murciélago de bosque o barbastela (Barbastella barbastellus)
  • Murciélago orejudo dorado (Plecotus auritus)
  • Murciélago rabudo (Tadarida teniotis)
  • Lobo (Canis lupus)
  • Zorro (Vulpes vulpes)
  • Armiño (Mustela erminea)
  • Comadreja (Mustela nivalis)
  • Visón europeo (Mustela lutreola)
  • Turón europeo (Mustela putorius)
  • Marta (Martes martes)
  • Garduña (Martes foina)
  • Tejón (Meles meles)
  • Jineta (Genetta genetta)
  • Gato montés europeo (Felis silvestris)
  • Jabalí (Sus scrofa)
  • Ciervo (Cervus elaphus)
  • Corzo (Capreolus capreolus)
  • Ardilla roja (Sciurus vulgaris)
  • Topillo rojo (Myodes glareolus)
  • Rata de agua (Arvicola sapidus)
  • Topillo pirenaico (Microtus gerbei)
  • Topillo lusitano (Microtus lusitanicus)
  • Topillo agreste (Microtus agrestis)
  • Ratón leonado (Apodemus flavicollis)
  • Ratón de campo (Apodemus sylvaticus)
  • Rata negra (Rattus rattus)
  • Lirón gris (Glis glis)
  • Liebre europea (Lepus europaeus)

Sapo partero común

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El Sapo partero común (Alytes obstetricans) es un pequeño y rechoncho sapo de 4 a 5 cm de longitud, sin contar las patas. Es fácil de distinguir por sus ojos salientes y con la pupila vertical y de forma romboidal. El dorso es grisáceo o parduzco con manchas verdosas o grisáceas y manchas glandulares rojizas. Durante el día permanecen refugiados bajos piedras y troncos, solos o en pequeños grupos. Durante la noche buscan los invertebrados terrestres de los que se alimentan: arañas, coleópteros, colémbolos, hormigas, dípteros e isópodos.
En la fotografía un macho con huevos un 11 de abril, al comienzo de su periodo reproductor. Los machos llevan puestas entre marzo y septiembre. Para atraer a las hembras, los machos desde el mes de marzo emiten en tierra su sonoro canto, que consiste en un pitido aflautado repetitivo que emiten desde la puesta del sol y, sobre todo, durante las primeras horas de la noche. Las hembras seleccionan a su pareja en función del canto. El amplexo se produce en tierra y dura alrededor de una hora. La hembra suelta un cordón de de 20 a 60 huevos. El macho tras fecundarlos, fija el cordón que los une sobre la articulación entre la tibia y el tarso. Cada hembra realiza dos o tres puestas a lo largo del período reproductor. Los machos portan habitualmente entre 30 y 90 huevos, pero pueden llegar a transportar simultáneamente 170 cuando acumula dos o tres puestas. Tras su desarrollo embrionario, que dura alrededor de un mes, el macho se dirige a una charca o arroyo donde sumerge la parte posterior de su cuerpo. La eclosión de los huevos dura entre 5 y 30 minutos. Al eclosionar las larvas miden entre 10 y 17 milímetros.
Las larvas son omnívoras y oportunistas.
En este vídeo se puede ver a una larva alimentándose de las algas que han crecido sobre una roca.
Las larvas antes de metamorfosear alcanzan un tamaño de 6 o 7 cm de longitud, e incluso hasta 9 cm. Solo las larvas de este anfibio alcanzan un tamaño tan grande en el Macizo del Gorbeia.
Con temperaturas del agua por encima de 20º C las larvas metamorfosean al cabo de 9 u 11 semanas. En aguas más frías, las larvas pueden llegar a invernan y metamorfosear al cabo de un año o más.
 Los recién metamorfoseados miden de 18 a 25 milímetros de longitud, sin contar las patas.
En aguas frías es habitual que los renacuajos se agreguen en las zonas más someras, calentándose al sol. En lagos pirenaicos se han registrado mortandades masivas provocadas por la bacteria Aeromonas hydrophylla y en el Sistema Central el hongo que provoca la enfermedad infecciosa de la quitridiomicosis la he hecho desaparecer completamente las poblaciones de numerosas charcas donde se reproducía. Otra de sus principales amenazas es la introducción de peces como el Carpín (Carassius auratus) o del Cangrejo rojo americano (Procambarus clarkii) en sus zonas de reproducción provoca su disminución o desaparición.
Las larvas son también carroñeras. En la fotografía se puede un grupo de larvas alimentándose del cadáver de un adulto de su misma especie.
En el vídeo un grupo de renacuajos practicando canibalismo.
En esta fotografía, un grupo de larvas alimentándose de los huevos de una puesta de Rana verde (Pelophylax perezi) en Arraba, municipio de Zeanuri (Bizkaia).
En este vídeo podemos cómo depredan sobre una puesta de Rana verde un grupo de larvas de Sapo partero común al que se une una sanguijuela.

Barbo de Graells

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El Barbo de Graells (Luciobarbus graellsii) antes era conocido con el nombre científico de Barbus graellsii. Recientemente los científicos han creado el género Luciobarbus, donde han quedado incluidas la mayoría de las especies ibéricas de barbos, emparentadas con las especies norteafricanas y asiáticas, en lugar de con las especies europeas, que se habrían generado durante el Oligoceno-Mioceno, cuando la Península Ibérica se encontraba separada del continente europeo. Posteriormente, durante el Plioceno-Pleistoceno, se habrían generado las distintas especies mediante evolución divergente de las poblaciones aisladas.
Es un endemismo ibérico, de la cuenca del río Ebro, de los ríos mediterráneos catalanes Ter, Besós, Llobregat, Fluviá y Daró, y de los ríos cantábricos vascos Oria, Urola, Nervión-Ibaizabal, Artibai y Oka. En el río Asón (Cantabria) es una especie introducida. Tiene hábitos gregarios y una alimentación variada que incluye algas y macroinvertebrados acuáticos. Vive en los tramos y bajos de los ríos, desplazándose aguas arriba para la reproducción, en los meses de mayo a agosto. Alcanzan la madurez sexual con tallas de 15-20 cm, aunque algunos ejemplares llegan a superar los 60 cm, aunque tallas de entre 30 y 50 cm son las más habituales entre los adultos. Cada hembra pone de 5.000 a 25.000 huevos en zonas de arena y grava. 
En este vídeo podemos ver un grupo de Barbo de Graells boqueando en superficie para obtener el oxígeno que necesitan. Los vertidos contaminantes durante el verano en ocasiones han provocado grandes mortandades de barbos en el río Nervión-Ibaizabal. En esos casos, la disminución del nivel del oxígeno disuelto en el agua les obligaba a tomar oxígeno atmosférico, boqueando en superficie.

Ranita de San Antonio

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La Ranita de San Antonio (Hyla molleri) es un endemismo de la Península Ibérica y del suroeste de Francia. Hasta el año 2008 estas poblaciones se incluían en la especie Hyla arborea, pero según los resultados del estudio del ADN de diversas poblaciones europeas del género Hyla, las poblaciones ibéricas se separaron de Hyla arborea hace unos 5,4-7,1 millones de años, originando una especie distinta, reconocible mediante análisis genético. Gracias a estos estudios de su ADN se han detectado poblaciones híbridas de Hyla arborea e Hyla molleri en el suroeste de Francia..
La Ranita de San Antonio es una especie muy terrestre y trepadora, que vive camuflada entre la vegetación que rodea las charcas, lagunas y arroyos de aguas lentas donde se reproduce. En el País Vasco es común en la vertiente mediterránea y muy rara y localizada en la cantábrica. Donde es común es posible detectar varios ejemplares muy cerca unos de otros, ya que son bastante gregarias. La hemos encontrado en unas pocas charcas de la vertiente mediterránea del Macizo del Gorbeia, en los municipios Zuia y Zigoitia.

Lagarto verde occidental

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El Lagarto verde occidental (Lacerta bilineata) se encuentra en el norte de España, gran parte de Francia e Italia, sur Suiza, con algunas poblaciones en el suroeste de Alemania, llegando hasta el oeste de Eslovenia y el noroeste de Croacia, donde solapa su área de distribución con la del Lagarto verde oriental (Lacerta viridis), especie muy semejante con la que se hibrida. La diferenciación de estas dos especies es muy reciente y algunos expertos opinan que no hay motivos suficientes para considerarlos especies distintas.
En el Macizo del Gorbeia es una especie aparentemente escasa, si bien es cierto que sus hábitos discretos hace que pasen fácilmente desapercibidos mientras permanecen inmóviles entre la vegetación, camuflados gracias a su color entre los zarzales y herbazales de la campiña cantábrica donde se le encuentra más comúnmente. Algunas personas del entorno rural manifiestan que hace varias décadas eran más abundantes, pero no hay estudios científicos que permitan demostrarlo. Tampoco se conocen las causas de esa posible disminución.

Picamaderos negro, en rápida expansión

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El Picamaderos negro (Dryocopus martius) en un pícido en expansión en el País Vasco. Aquí ha pasado de estar presente en una única cuadrícula de 10x10 km en 1985 a estarlo en 39 en 2013. Se trata de una expansión natural y extremadamente rápida. Estas fotos y vídeo los tomé el 27 de diciembre de 2015 en el árbol-nido que tiene una pareja a menos 10 kilómetros del centro de Bilbao. 
Se trata de un macho a punto de entrar en uno de los agujeros taladrados en su árbol-nido para pasar la noche. El Picamaderos negro en Bizkaia está ocupando unas masas forestales que ya estaban antes de que ellos llegaran. Es decir, no parece que su expansión se haya debido a cambios en las masas forestales. Comen principalmente en plantaciones de coníferas exóticas y añosas donde proliferan diversos insectos perforadores, pero siempre buscan un haya (Fagus sylvatica) sin trasmochar y sin ramas bajas, lo que les lleva a desechar la mayor parte de las hayas, dando por buenas a algunas que están en lugares cercanos a áreas recreativas y, como en este caso, al pie de una pista forestal bastante transitada.
Este es el mapa que se publicó en el año 1985 con la distribución del Picamaderos negro en el "Atlas de los vertebrados continentales de Álava, Vizcaya y Guipúzcoa" sobre datos recogidos en el trienio 1982-1984, donde puede leerse: "Habíamos localizado el 1-VII-79 un grupo familiar moviéndose por robledal de esta cuadrícula, ubicado en Navarra pero lindante con Guipúzcoa. Tras buscarlo por allí en 1982 y 83, terminamos por oírlo en una zona de hayedo sobre 800-850 m. en collado divisoria entre las dos vertientes el 14-VII-83. Parece, pues, que alguna rara pareja se halla asentada en el bosque que cubre el cordal que va de Lizarrusti a Etxegarate".
Mis amigos José Antonio Gainzarain y José María Fernández-García publicaron en el año 2013 en la revista Munibe el artículo "Black woodpecker Dryocopus martius (L., 1758) recent range expansiin leads to the coalescence of the two former distribution areas in northern Spain", en el que recopilaron observaciones fiables en 39 de las cuadrículas UTM 10x10 km del País Vasco.

Flora vascular del Macizo del Gorbeia (799 taxones en orden alfabético)

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Acer campestre
Acer pseudoplatanus
Aceras anthropophorum
Achillea millefolium
Acinos alpinus
Aconitum napellus
Aconitum vulparia subsp. neapolitanum
Adenostyles alliariae subsp. pyrenaica
Adiantum capillus-veneris
Aegonychon purpurocaeruleum
Agrimonia eupatoria subsp. eupatoria
Agrostemma githago
Agrostis canina
Agrostis capillaris
Agrostis curtisii
Agrostis schleicheri
Aira praecox
Ajuga reptans
Alchemilla catalaunica
Alchemilla glabra
Alchemilla hispanica
Alchemilla hoppeaniformis
Alchemilla polatschekiana
Alchemilla spectabilior
Alchemilla viscayensis
Alchemilla xanthochlora
Alisma lanceolatum
Alliaria petiolata
Allium ericetorum
Allium lusitanicum
Allium paniculatum
Allium ursinum
Allium victorialis
Alnus glutinosa
Alopecurus aequalis
Alopecurus myosuroides
Amaranthus hybridus
Amaranthus lividus
Amaranthus retroflexus
Amelanchier ovalis
Anacamptis pyramidalis
Anagallis arvensis
Anagallis tenella
Anemone nemorosa
Anemone pavoniana
Angelica major
Angelica sylvestris
Anthemis arvensis
Anthoxanthum odoratum
Anthyllis vulneraria subsp. alpestris
Aphanes arvensis
Aphyllanthes monspeliensis
Apium inundatum
Apium nodiflorum
Aquilegia pyrenaica subsp. pyrenaica
Aquilegia vulgaris subsp. vulgaris
Arabidopsis thaliana
Arabis alpina
Arabis auriculata
Arabis hirsuta
Arabis scabra
Arbutus unedo
Arctium minus
Arenaria grandiflora
Arenaria leptoclados
Arenaria montana subsp. montana
Arenaria serpyllifolia
Arnica montana
Arrhenatherum elatius
Arum italicum
Asphodelus albus
Asplenium adiantum-nigrum
Asplenium billotii
Asplenium onopteris
Asplenium ruta-muraria
Asplenium septentrionale
Asplenium trichomanes
Asplenium viride
Aster linosyris
Asterolinon linum-stellatum
Astrantia major
Athyrium filix-femina
Avena barbata
Avena sterilis
Avenula pratensis subsp. iberica
Avenula sulcata
Baldellia ranunculoides
Ballota nigra
Barbarea intermedia
Bellis perennis
Bellis sylvestris
Berberis vulgaris subsp. vulgaris
Betula pubescens
Bidens tripartitus
Biscutella valentina subsp. valentina
Blackstonia perfoliata
Blechnum spicant
Bombycilaena erecta
Botrychium lunaria
Brachypodium pinnatum
Brachypodium sylvaticum
Briza media
Bromus diandrus
Bromus erectus
Bromus hordeaceus
Bromus racemosus
Bromus ramosus
Bromus rigidus
Bromus sterilis
Bryonia dioica
Bupleurum falcatum
Buxus sempervirens
Calamagrostis arundinacea
Calamintha nepeta subsp. nepeta
Calamintha nepeta subsp. sylvatica
Callitriche stagnalis
Calluna vulgaris
Caltha palustris
Calystegia sepium
Campanula glomerata
Campanula patula
Campanula rotundifolia subsp. hispanica
Campanula scheuchzeri
Capsella bursa-pastoris
Cardamine flexuosa
Cardamine hirsuta
Cardamine pratensis subsp. pratensis
Cardamine raphanifolia subsp. raphanifolia
Carduncellus mitissimus
Carduus defloratus subsp. medius
Carex binervis
Carex caryophyllea
Carex cuprina
Carex demissa
Carex divulsa subsp. divulsa
Carex echinata
Carex flacca
Carex humilis
Carex laevigata
Carex lepidocarpa
Carex leporina
Carex ornithopoda
Carex panicea
Carex paniculata subsp. lusitanica
Carex pendula
Carex pilulifera subsp. pilulifera
Carex pseudocyperus
Carex pulicaris
Carex remota
Carex rostrata
Carex sempervirens subsp. sempervirens
Carex sylvatica subsp. sylvatica
Carex umbrosa
Carex vesicaria
Carex viridula
Carlina corymbosa
Carlina vulgaris
Carpinus betulus
Carum verticillatum
Catabrosa aquatica
Centaurea calcitrapa
Centaurea debeauxii
Centaurium erythraea subsp. erythraea
Centranthus calcitrapae
Centranthus ruber
Cephalanthera longifolia
Cerastium arvense
Cerastium fontanum
Cerastium glomeratum
Ceterach officinarum
Chaenorhinum minus
Chaerophyllum hirsutum
Chamaemelum nobile
Chenopodium album
Chenopodium ambrosioides
Chenopodium polyspermum
Chrysosplenium oppositifolium
Cicendia filiformis
Cichorium intybus
Circaea lutetiana
Cirsium arvense
Cirsium eriophorum
Cirsium filipendulum
Cirsium palustre
Cirsium pyrenaicum
Cirsium vulgare
Cistus salviifolius
Clematis vitalba
Clinopodium vulgare
Colchicum autumnale
Conopodium majus
Conopodium pyrenaeum
Convallaria majalis
Convolvulus arvensis
Coris monspeliensis
Cornus sanguinea
Coronilla minima subsp. minima
Coronopus didymus
Corylus avellana
Crataegus laevigata
Crataegus monogyna
Crepis albida
Crepis capillaris
Crepis lampsanoides
Crepis paludosa
Crepis vesicaria subsp. taraxacifolia
Crocus nudiflorus
Cruciata glabra
Cruciata laevipes
Cuscuta epithymum
Cymbalaria muralis
Cynosurus cristatus
Cyperus eragrostis
Cyperus longus
Cystopteris fragilis subsp. fragilis
Cytisus cantabricus
Cytisus commutatus
Daboecia cantabrica
Dactylis glomerata
Dactylorhiza fuchsii
Dactylorhiza maculata
Danthonia decumbens
Daphne laureola
Datura stramonium
Daucus carota
Deschampsia cespitosa
Deschampsia flexuosa
Desmazeria rigida subsp. rigida
Dethawia splendens subsp. cantabrica
Dianthus hyssopifolius subsp. hyssopifolius
Digitalis purpurea
Digitaria sanguinalis
Diphasiastrum alpinum
Diplotaxis erucoides
Dipsacus fullonum
Doronicum pardalianches
Dorycnium rectum
Draba dedeana
Draba muralis
Drosera intermedia
Drosera rotundifolia
Dryopteris affinis subsp. affinis
Dryopteris dilatata
Dryopteris filix-mas
Echinochloa crus-galli
Echium vulgare
Eleocharis multicaulis
Eleocharis palustris
Epilobium collinum
Epilobium duriaei
Epilobium hirsutum
Epilobium lanceolatum
Epilobium parviflorum
Epilobium tetragonum subsp. tetragonum
Epipactis viridiflora
Equisetum arvense
Equisetum fluviatile
Equisetum hyemale
Equisetum palustre
Equisetum telmateia
Erica arborea
Erica ciliaris
Erica cinerea
Erica lusitanica
Erica tetralix
Erica vagans
Erigeron acris
Erigeron canadensis
Erigeron karvinskianus
Erinus alpinus
Eriophorum angustifolium
Eriophorum latifolium
Erodium cicutarium
Erophila verna
Erucastrum nasturtiifolium
Eryngium bourgatii
Eryngium campestre
Erysimum gorbeanum
Erythronium dens-canis
Euonymus europaeus
Eupatorium cannabinum
Euphorbia amygdaloides
Euphorbia dulcis
Euphorbia exigua
Euphorbia helioscopia
Euphorbia hyberna
Euphorbia lathyris
Euphorbia peplus
Euphorbia platyphyllos
Euphorbia villosa
Euphrasia alpina
Euphrasia hirtella
Euphrasia minima
Euphrasia nemorosa
Euphrasia salisburgensis
Euphrasia stricta
Fagus sylvatica
Festuca airodes
Festuca arundinacea
Festuca gigantea
Festuca hystrix
Festuca nigrescens
Festuca rubra subsp. rubra
Festuca trichophylla
Filago gallica
Filipendula ulmaria
Foeniculum vulgare
Fragaria vesca
Frangula alnus
Fraxinus angustifolia
Fraxinus excelsior
Fritillaria pyrenaica
Fumaria densiflora
Fumaria muralis
Galactites tomentosus
Galeopsis ladanum subsp. angustifolia
Galeopsis tetrahit
Galium aparine
Galium mollugo
Galium odoratum
Galium palustre
Galium pinetorum
Galium saxatile
Galium uliginosum
Galium verum
Gastridium ventricosum
Genista hispanica subsp. occidentalis
Genista micrantha
Genista tinctoria
Gentiana angustifolia subsp. corbariensis
Gentiana lutea
Gentiana pneumonanthe
Geranium columbinum
Geranium dissectum
Geranium lucidum
Geranium molle
Geranium pyrenaicum
Geranium robertianum
Geranium rotundifolium
Geranium sanguineum
Geranium sylvaticum
Geum urbanum
Glandora diffusa
Glandora prostrata
Glechoma hederacea
Globularia nudicaulis
Globularia vulgaris
Glyceria declinata
Glyceria fluitans
Gnaphalium sylvaticum
Gnaphalium uliginosum
Groenlandia densa
Gymnadenia conopsea
Gymnocarpium dryopteris
Gymnocarpium robertianum
Hedera helix
Helianthemum apenninum
Helianthemum nummularium
Helianthemum oelandicum subsp. incanum
Helichrysum stoechas
Helictotrichon cantabricum
Helleborus foetidus
Helleborus viridis subsp. occidentalis
Helminthotheca echioides
Hepatica nobilis
Heracleum sphondylium
Herniaria latifolia
Hieracium bombycinum
Hieracium mixtum
Hieracium pseudocerinthe
Hieracium ramondii
Hieracium umbellatum
Himantoglossum hircinum
Hippocrepis comosa
Holcus lanatus
Hordeum murinum subsp. leporinum
Hordeum murinum subsp. murinum
Hornungia petraea
Humulus lupulus
Huperzia selago
Hydrocotyle vulgaris
Hypericum androsaemum
Hypericum elodes
Hypericum humifusum
Hypericum nummularium
Hypericum perforatum
Hypericum pulchrum
Hypericum richeri subsp. burseri
Hypericum tetrapterum
Hypochaeris radicata
Iberis carnosa
Ilex aquifolium
Inula conyzae
Inula montana
Inula salicina
Iris pseudacorus
Isolepis cernua
Isolepis setaceus
Isopyrym thalictroides
Jasione laevis
Jasione montana
Juncus articulatus
Juncus bufonius
Juncus bulbosus
Juncus conglomeratus
Juncus effusus
Juncus inflexus
Juncus squarrosus
Juncus subnodulosus
Juncus tenageia
Juniperus communis subsp. communis
Kernera saxatilis
Kickxia spuria subsp. integrifolia
Knautia nevadensis
Koeleria vallesiana
Lactuca virosa
Lamium galeobdolon subsp. montanum
Lamium maculatum
Lamium purpureum
Laphangium luteoalbum
Lapsana communis subsp. communis
Laserpitium eliasii
Laserpitium latifolium
Laserpitium nestleri
Laserpitium prutenicum subsp. dufourianum
Lastrea limbosperma
Lathraea clandestina
Lathyrus aphaca
Lathyrus linifolius
Lathyrus niger
Lathyrus occidentalis
Lathyrus pratensis
Laurus nobilis
Lemna gibba
Lemna minor
Leontodon hispidus
Leontodon saxatilis subsp. saxatilis
Lepidium campestre
Leucanthemum gaudinii subsp. cantabricum
Leucanthemum ircutianum
Ligustrum vulgare
Lilium martagon
Lilium pyrenaicum
Limniris pseudacorus
Linaria propinqua
Linum bienne
Linum catharticum
Lobelia urens
Lolium multiflorum
Lolium perenne
Lonicera periclymenum
Lonicera xylosteum
Lotus corniculatus subsp. corniculatus
Lotus pedunculatus
Lotus tenuis
Luzula campestris
Luzula congesta
Luzula forsteri
Luzula multiflora subsp. multiflora
Luzula sylvatica
Lychnis flos-cuculi
Lycopodium clavatum
Lycopus europaeus
Lysimachia nemorum
Lysimachia vulgaris
Lythrum junceum
Lythrum portula
Lythrum salicaria
Malva moschata
Malva neglecta
Malva sylvestris
Meconopsis cambrica
Medicago arabica
Medicago lupulina
Medicago minima
Medicago polymorpha
Melampyrum pratense
Melica ciliata subsp. magnolii
Melica uniflora
Melilotus albus
Melilotus officinalis
Melissa officinalis
Melittis melissophyllum
Mentha aquatica
Mentha pulegium
Mentha suaveolens
Menyanthes trifoliata
Mercurialis annua
Mercurialis perennis
Merendera montana
Meum athamanticum
Minuartia hybrida
Minuartia verna
Moehringia trinervia
Molinia caeruela
Montia fontana subsp. chondrosperma
Muscari neglectum
Mycelis muralis
Myosotis arvensis
Myosotis discolor subsp. dubia
Myosotis martini
Myriophyllum spicatum
Myrrhis odorata
Narcissus bulbocodium
Narcissus minor subsp. minor
Narcissus pseudonarcissus subsp. pseudonarcissus
Nardus stricta
Narthecium ossifragum
Nasturtium officinale
Neottia nidus-avis
Nigella gallica
Nigritella gabasiana
Oenanthe fistulosa
Ononis fruticosa
Ophioglossum vulgatum
Ophrys fusca subsp. fusca
Ophrys tenthredinifera
Orchis laxiflora
Orchis mascula
Origanum vulgare
Orobanche gracilis
Orobanche hederae
Osmunda regalis
Oxalis acetosella
Oxalis corniculata
Oxalis latifolia
Parentucellia viscosa
Parietaria judaica
Paris quadrifolia
Parnassia palustris
Paspalum dilatatum
Pedicularis sylvatica subsp. sylvatica
Pedicularis tuberosa
Phalaris arundinacea
Phleum pratense
Phyllitis scolopendrium
Phyteuma orbiculare
Phyteuma spicatum
Picris hieracioides
Pilosella hypeura
Pimpinella major
Pimpinella saxifraga
Pimpinella siifolia
Pinguicula grandiflora
Pinguicula lusitanica
Piptatherum paradoxum
Plantago lanceolata
Plantago major
Plantago media
Platanthera bifolia
Poa alpina
Poa annua
Poa bulbosa
Poa compressa
Poa nemoralis
Poa pratensis
Poa trivialis
Polygala alpina
Polygala serpyllifolia
Polygala vulgaris
Polygonatum multiflorum
Polygonatum verticillatum
Polygonum amphibium
Polygonum aviculare
Polygonum bistorta
Polygonum hydropiper
Polygonum lapathifolium
Polygonum mite
Polygonum persicaria
Polypodium cambricum
Polypodium interjectum
Polypodium vulgare
Polystichum aculeatum
Polystichum lonchitis
Polystichum setiferum
Populus tremula
Potamogeton polygonifolius
Potamogeton pusillus
Potamogeton trichoides
Potentilla alchimilloides
Potentilla erecta
Potentilla montana
Potentilla reptans
Potentilla sterilis
Potentilla verna
Primula acaulis
Primula elatior
Primula veris subsp. columnae
Pritzelago alpina subsp. auerswaldii
Prunella grandiflora
Prunella vulgaris
Prunus lusitanica
Prunus mahaleb
Prunus spinosa
Pseudarrhenatherum longifolium
Pteridium aquilinum
Pulicaria dysenterica
Pulmonaria longifolia
Pulsatilla alpina subsp. cantabrica
Pyrus cordata
Quercus ilex subsp. ilex
Quercus petraea
Quercus pyrenaica
Quercus robur
Ranunculus aconitifolius
Ranunculus acris
Ranunculus amplexicaulis
Ranunculus bulbosus subsp. bulbosus
Ranunculus ficaria subsp. ficaria
Ranunculus flammula
Ranunculus penicillatus
Ranunculus repens
Ranunculus sardous
Ranunculus thora
Ranunculus trichophyllus subsp. trichophyllus
Ranunculus tripartitus
Ranunculus tuberosus
Ranunculus valdesii
Raphanus raphanistrum subsp. raphanistrum
Reichardia picroides
Rhamnus alaternus
Rhamnus alpinus
Rhamnus catharticus
Rhinanthus angustifolius
Rhinanthus pumilus subsp. pumilus
Ribes alpinum
Rosa arvensis
Rosa canina
Rosa nitidula
Rosa pendulina
Rubia peregrina
Rubus caesius
Rubus ulmifolius
Rumex acetosa
Rumex acetosella subsp. acetosella
Rumex acetosella subsp. angiocarpus
Rumex aquitanicus
Rumex conglomeratus
Rumex crispus
Rumex obtusifolius
Rumex pulcher
Ruscus aculeatus
Sagina procumbens
Sagina saginoides
Sagittaria latifolia
Salix atrocinerea
Salix elaeagnos
Salix purpurea
Sambucus ebulus
Sambucus nigra
Samolus valerandi
Sanguisorba minor subsp. minor
Sanicula europaea
Saponaria officinalis
Saxifraga granulata
Saxifraga hirsuta subsp. hirsuta
Saxifraga paniculata
Saxifraga tridactylites
Saxifraga trifurcata
Scabiosa columbaria subsp. columbaria
Scilla lilio-hyacinthus
Scilla verna
Scleranthus annuus
Scleranthus perennis
Scleranthus polycarpos
Scorzonera humilis
Scorzoneroides pyrenaica
Scrophularia alpestris
Scrophularia auriculata
Scutellaria minor
Sedum anglicum
Sedum dasyphyllum
Sedum sediforme
Senecio aquaticus
Senecio jacobea
Senecio nemorensis
Senecio vulgaris
Serapias cordigera
Serratula tinctoria
Seseli cantabricum
Seseli libanotis
Seseli montanum subsp. montanum
Sesleria albicans
Sesleria argentea
Setaria pumila
Sherardia arvensis
Sibthorpia europaea
Sideritis hyssopifolia
Silaum silaus
Silene dioica
Silene gallica
Silene nutans
Silene vulgaris subsp. vulgaris
Simethis mattiazzii
Sinapis arvensis
Sisymbrium austriacum subsp. chrysanthum
Sisymbrium officinale
Smilax aspera
Solanum dulcamara
Solanum nigrum
Solidago virgaurea
Sonchus asper subsp. asper
Sonchus oleraceus
Sorbus aria
Sorbus aucuparia
Sorbus torminalis
Sparganium erectum subsp. microcarpum
Sparganium erectum subsp. neglectum
Spergularia rubra
Spiranthes aestivalis
Sporobolus indicus
Stachys alpina
Stachys arvensis
Stachys officinalis
Stachys sylvatica
Stellaria alsine
Stellaria graminea
Stellaria holostea
Stellaria media
Stipa offneri
Succisa pratensis
Symphytum tuberosum
Tamus communis
Tanacetum corymbosum
Tanacetum parthenium
Taraxacum spp.
Taxus baccata
Tephroseris helenitis subsp. helenitis
Tetragonolobus maritimus
Teucrium chamaedrys
Teucrium pyrenaicum
Teucrium scordium
Teucrium scorodonia
Thalictrum flavum subsp. flavum
Thalictrum minus subsp. minus
Thelypteris palustris
Thesium pyrenaicum
Thlaspi alliaceum
Thlaspi perfoliatum
Thymus praecox subsp. polytrichus
Thymus pulegioides
Tilia platyphyllos
Torilis japonica
Tozzia alpina
Tragopogon pratensis
Trifolium campestre
Trifolium dubium
Trifolium fragiferum
Trifolium incarnatum
Trifolium ochroleucon
Trifolium pratense
Trifolium repens
Trifolium scabrum
Tuberaria guttata
Tussilago farfara
Typha latifolia
Ulex europaeus subsp. europaeus
Ulex gallii subsp. gallii
Ulmus glabra
Umbilicus rupestris
Urtica dioica
Utricularia australis
Vaccinium myrtillus
Valeriana dioica
Valeriana montana
Valeriana pyrenaica
Valerianella locusta subsp. locusta
Vandenboschia speciosa
Veratrum album
Verbascum thapsus
Verbena officinalis
Veronica agrestis
Veronica arvensis
Veronica beccabunga
Veronica chamaedrys subsp. chamaedrys
Veronica hederifolia
Veronica montana
Veronica officinalis
Veronica persica
Veronica ponae
Veronica scutellata
Veronica serpyllifolia
Viburnum lantana
Vicia angustifolia
Vicia cracca
Vicia hirsuta
Vicia pyrenaica
Vicia sepium
Vincetoxicum hirundinaria
Viola arvensis
Viola hirta
Viola odorata
Viola pyrenaica
Viola riviniana
Viola suavis
Vipurnum opulus
Viscum album subsp. album
Vulpia bromoides
Wahlenbergia hederacea

Dos Treparriscos invernando en el monte Mugarra, uno anillado

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El 27 de enero de 2016 fotografié dos Treparriscos (Tichodroma muraria), vistos por numerosos ornitólogos durante el mes de enero en la pared sur del monte Mugarra, municipio de Mañaria (Bizkaia). Un ejemplar está anillado.
Según el póster "Primera recuperación de Treparriscos (Tichodroma muraria) en España", el Grupo Ibérico de Anillamiento entre los años 2003 y 2006, al amparo del "Programa de seguimiento y estudio de paseriformes alpinos en el Parque Nacional de los Picos de Europa", anilló tres treparriscos: dos machos u una hembra. En el período 1973-2004 se anillaron un total de 6 ejemplares en España.
El Treparriscos se reproduce exclusivamente en los Pirineos y la Cordillera Cantábrica dentro de la Península Ibérica. Es un migrante altitudinal y de corta distancia.
Vídeo grabado el 27 de enero de 2016 en la pared sur del monte Mugarra del ejemplar sin anilla.

El origen de los ciervos del Macizo del Gorbeia

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El Ciervo (Cervus elaphus) es la especie animal cuya observación o/y audición despierta más interés entre los visitantes del Macizo del Gorbeia y de otras zonas de la mitad norte de España. En la actualidad, incluso hay empresas que se dedican a llevar turistas a escuchar la berrea, un espectáculo sonoro impresionante. En general, el comportamiento de los ciervos en el Macizo del Gorbeia es huidizo, sin duda, consecuencia de la caza legal y furtiva que soportan. Pero como ya contamos en otra entrada dedicada a esta especie, el Ciervo fue exterminado del Macizo del Gorbeia y del resto de la mitad norte de la península Ibérica durante la primera mitad del siglo XIX o antes. Fue el Instituto para la Conservación de la Naturaleza (ICONA) el organismo estatal que lo reintrodujo en la vertiente alavesa del Macizo del Gorbeia en el año 1957, cuando se trajeron 14 ejemplares procedentes de Toledo. En 1981 se liberaron nuevos ejemplares procedentes de Cazorla. Según los autores del libro Gorbeia, "la Sociedad Zuia Sport con ayuda del ayuntamiento de esa localidad, realizó un acotado de caza en terrenos del macizo del Gorbeia, inscrito en la Federación Nacional de Caza y Pesca en 1957. Tras el baldío intento de introducir corzos en el acotado, en julio de 1958 se trajeron de la sierra de Cazorla varios ciervos: once hembras y cinco machos. Posteriormente se introdujeron más ejemplares".
Aproximadamente, esta era el área de distribución del Ciervo hacia el año 1950 en España. Por entonces, solo era relativamente común en algunas grandes fincas de Extremadura, principalmente en la Sierra de San Pedro, así como en los Montes de Toledo y Sierra Morena. El veterano cazador Juan Manuel Otegui Astobiza, el 24 de enero de 2016 me contó que recordaba cómo unos amigos y él mismo fueron desde Orozko en el año 1958 hasta un cierre en el paraje de Katxandiano, cerca del pueblo de Altube, municipio de Murgia (Álava), donde retuvieron a esos 14 ejemplares durante un período de tiempo antes de su liberación.
Según la Tesis Doctoral de Georgina Álvarez, de 1999, titulada "Ecología y gestión de las poblaciones de cérvidos, ciervo (Cervus elaphus), gamo (Dama dama) y corzo (Capreolus capreolus), en los Quintos de Mora (Montes de Toledo)", los Montes de Toledo eran una propiedad particular de los vecinos de la ciudad de Toledo, comprada al rey Fernando III de Castilla en 1246. En el año 1832 la ciudad de Toledo cedió los montes de Quintos de Mora al ayuntamiento de Mora. Gracias a su calidad, la Junta Facultativa de Montes del Ministerio de Hacienda evitó entre los años 1855 y 1859 la roturación que sufrieron otros montes tras la desamortización iniciada con la Ley Madoz. Tras la Guerra Civil, Patrimonio Forestal del Estado los compró en 1942. Entre los años 1968 y 1986 se extrajeron unos 2.700 ciervos capturados vivos, en su mayor parte hembras, y recién nacidos que se criaban en una granja, que fueron destinados a cotos de 29 provincias españolas y también a Portugal. De aquí probablemente se trajeron los ejemplares reintroducidos en el Macizo del Gorbeia. En el vídeo, una cierva con dos crías en Usengatzu, municipio de Orozko (Bizkaia) el 30 de junio de 2015. Los partos dobles son extremadamente raros, aunque es fácil que una cierva pueda amamantar a algún cervatillo ajeno, por lo que las observaciones de campo de ciervas seguidas de dos crías corresponden con toda probabilidad a adopciones más que a partos dobles. 
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